Hoy voy a hablaros de la alimentación del bebé hasta los 12 meses de vida, según mi experiencia. Como sabéis, soy lactivista a tope, así que este post va a servir sobre todo a mamis lactantes o que quieran serlo. Pero ¡ojo! Si has optado por la lactancia artificial también puedes quedarte y seguir leyendo ;).
Como os decía, yo opté por dar el pecho, por lo que la alimentación de M. durante los 6 primeros meses de vida fue mi leche a demanda, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). A partir del medio año, empezamos con la alimentación complementaria que, como su propio nombre indica, complementa la alimentación anterior. Esto quiere decir que, empecé a introducir alimentos al bebé, pero siempre tras el pecho. En este punto, los pediatras no se ponen de acuerdo (para variar). Algunos dicen que primero se debe ofrecer la comida y el pecho después, a modo de postre, (la pediatra de mi hijo nos recomendó esto) y otros dicen que al revés. Como yo no me quedo con una sola opinión, leí mucho y vi que la opción mayoritaria y la que recomendaban los expertos en LM (Carlos González and company) era primero pecho y luego otros alimentos, y así lo hice. De esta manera, el bebé recibe todos los nutrientes que necesita de la leche de mamá, y el resto de comida complementa al pecho y se van habituando a comer de todo.
En lo que sí hice caso a la pediatra fue en introducirlos poco a poco, uno a uno e intentando respetar un poco los plazos recomendados, especialmente de aquellos alimentos que son alérgenos: leche de vaca, huevo, melocotón, frutos rojos, frutos secos…
¿Cómo introducir los alimentos? El BLW
Mi idea inicial era poner en práctica el baby led-weaning (BLW), es decir, que M. cogiera los alimentos cortados en trocitos él solo y se los llevara a la boca. Pues ni trocitos ni solito. Hasta hace relativamente poco (semanas), cuando cogía un trozo de comida lo estrujaba y lo tiraba al suelo, así que opté por hacer un mix. Algunos productos se los daba a trocitos o chafados con el tenedor (fruta, arroz, pescado –a partir de los 9 meses-) pero directamente en la boda y otros en puré (con una textura bastante gruesa).
Pese a que los niños son perfectamente capaces de comer solos sin necesidad de prepararles triturados, ya que mastican con las encías y no necesitan tener dientes, es evidente que no todos quieren hacerlo. Mi consejo es que, si os apetece, lo probéis y a ver qué pasa. Probad con cosas que sean de fácil masticación (como el plátano, la pera o sémolas). Si lo toleran bien, podéis seguir y si no, podéis darles triturados o combinar ambas opciones. Yo prefiero evitar que toda la comida que les llega sea triturada, porque creo que luego les cuesta más pasar a comer sólidos, así que si podéis combinar ambas opciones, perfecto. El BLW es una opción más, no debe ser una imposición.
Cereales por noche, fruta por la tarde
Sí queréis sí. Pero no es necesario. Es una de las cosas más sinsentido de las hojas que proporcionan los pediatras sobre la alimentación complementaria. Cuando empecéis a introducir alimentos a los bebés, os dirán que debéis empezar por la papilla de frutas para merendar. Pues bien, ni hace falta que sea en papilla, ni que sea para merendar. Le podéis dar un plátano chafado por la mañana que le alimentará igual. O una pera después de comer. Y los cereales (primero sin gluten y poco a poco, incorporando el gluten) – arroz, sémola, pasta- para comer o cenar. El orden no importa.
¿Qué pasa si no quiere un alimento o grupo de alimentos?
Nada. Mi hijo no quiso la fruta hasta hace cuatro días. Sólo con olerla ya cerraba la boca y no se comía ni un trocito. En vez de obligarle, meterle la fruta a la fuerza y no sé cuántas atrocidades más que se hacen y que, en mi opinión, solo consiguen que el niño acabe odiando la comida, su enfermera me recomendó no darle fruta durante un tiempo. Primero una semana, y volver a probar. Luego dos semanas sin fruta, e intentarlo de nuevo. Y seguía sin quererla. Y al final, tras tres semanas sin probar nada de fruta, un día le ofrecí y se la comió. Sigue sin ser lo que más le gusta, pero se la come.
¿Qué cantidad debo darle?
Para mí, esta pregunta que es un sinvivir para muchas personas, tiene una respuesta muy obvia: la que quiera. Sobre la marcha iréis viendo qué va comiendo vuestro hijo. Primero será muy poquito y luego quizá quiere más… Hay pediatras que dan una hoja a modo de manual de instrucciones que pone: 220gr de puré (me invento las cantidades eh). ¿Y si se come 100 gr? Ya tenemos a unos padres preocupados. Los niños son seres pequeñitos pero sabios y ellos mismos pueden decidir si quieren más o menos cantidad en función del hambre que tengan. Si no quiere más, retiramos el plato y ya está. No soy nada partidaria de obligar a comer a un niño. Como en el caso de los adultos, hay niños muy comilones y otros que no lo son tanto. Este verano, por ejemplo, mi hijo apenas ha comido (dos cucharaditas de cada cosa y no quería más). Pues ahora que no hay dientes saliendo ni hace tanto calor, parece que vuelve a ser un tragoncete y come más cantidad.
Como os decía al principio, todo este proceso lo he ido alternando con el pecho a demanda. En el momento que ya comía todos grupos de alimentos (hacía los 10 meses más o menos en nuestro caso) – carne, pescado, legumbres, frutas y verdura, cereales – empecé a darle el pecho después de comer.
¿Y a partir del año, qué?
Bien, a partir del año, pueden comer de todo (salvo algunos alimentos como el marisco, los frutos secos enteros, embutidos, etc). Pero esto os lo contaré pronto en otro post.
Ahora decidme, ¿qué tal comen vuestros peques? ¿Cómo fue la introducción de la alimentación complementaria?
Un comentario en “La alimentación del bebé hasta los 12 meses”