Ruta por Dinamarca en familia: de Billund a Copenhague

Este viaje por Dinamarca ha sido una experiencia inolvidable en familia, y lo mejor es que el alojamiento en nuestra ruta fue posible gracias al intercambio de casas con HomeExchange. Esta opción nos permitió disfrutar de un hogar acogedor en cada destino, con todas las comodidades para viajar con niños, además de un importante ahorro en alojamiento. A continuación, te detallo nuestra ruta día a día, con consejos, curiosidades y datos históricos para que aproveches al máximo tu viaje por Dinamarca.

Día 1: Llegada a Billund, la cuna de LEGO

Billund es mundialmente conocida por ser la ciudad natal de LEGO. Aquí se encuentra la sede central de la compañía y algunos de los parques temáticos más importantes dedicados a estos icónicos bloques.

Tras nuestro aterrizaje en el aeropuerto de Billund, cogimos nuestro coche de alquiler y nos instalamos en una buhardilla pequeñita pero súper equipada en plena naturaleza justo al lado de la casa de nuestros anfitriones, un matrimonio danés con el que tuvimos ocasión de charlar y compartir impresiones sobre el viaje.

ruta por Dinamarca

Día 2: Lego House, un mundo de creatividad

Lego House es mucho más que un museo: es un centro interactivo diseñado para fomentar la creatividad a través de los famosos bloques de construcción. Aquí se pueden explorar diferentes zonas de juego temáticas, desde retos de ingeniería hasta mundos virtuales.

¿Sabías que la empresa LEGO fue fundada en 1932 por Ole Kirk Christiansen y que su nombre viene de la frase danesa «Leg Godt», que significa «jugar bien»? Hoy, la compañía sigue siendo un símbolo de innovación y diversión.

Y aunque Lego House no es tan conocida como Legoland, es una visita imprescindible y la parte que más gustó a nuestros hijos del viaje.

Días 3 y 4: Legoland, la magia de los bloques

Legoland Billund es el parque temático original de la marca, inaugurado en 1968. Es un lugar ideal para familias con niños, con atracciones para todas las edades.

Desde montañas rusas hasta Miniland, donde puedes ver recreaciones en miniatura de monumentos famosos hechos con piezas de LEGO.

Nosotros estuvimos dos días en el parque. Se puede hacer en uno, pero si tenéis tiempo os recomiendo destinar un par de jornadas, ya que el parque tiene muchas atracciones y talleres.

 

Y pese al cansancio, después del último día en Legoland nos acercamos hasta Jelling, en Vejle. Se trata de un conjunto monumental Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Hasta Vejle también nos acercamos, pero es un pueblo muy pequeño sin demasiado atractivo, así que creo que podéis obviarlo si no tenéis muchos días.

Día 5: Odense, la ciudad de Hans Christian Andersen

Odense, la tercera ciudad más grande de Dinamarca, es conocida por ser el lugar de nacimiento del famoso escritor Hans Christian Andersen. Desde Billund tardamos una horita en coche, pasando por el puente de la conocida serie danesa The Bridge.

Pero antes de meternos en la ciudad hacemos parada en un sitio muy curioso: Jernalderlandsbyen Odins. Se trata de un poblado al aire libre que recrea la vida de los daneses en la edad de hierro.

Nos gustó mucho. Se tarda algo más de una hora en verlo y las entradas nos costaron 32 euros (los 4).

Tras dejar el coche de alquiler, dejamos las maletas en la estación y nos dedicamos a explorar su centro histórico.

A primera hora de la tarde, teníamos que coger un tren que nos llevaría hasta la capital danesa, por lo que no nos quedó tiempo suficiente para mucho más.

Si tuviera que cambiar algo del viaje, sería precisamente esto. Y destinaría una noche y un par de días a Odense y al Castillo de Egeskov.

A última hora de la tarde llegamos a nuestra casita unifamiliar a unos 40 minutos en transporte público del centro de la ciudad. Tiempo justo para hacer la compra, instalarlos y descansar para conocer al día siguiente la capital danesa.

Día 6: Copenhague: Free Tour y el barrio de Vesterbro

Comenzamos nuestro recorrido por Copenhague visitando la Catedral de Nuestra Señora de Copenaguen (imposible acordarse del nombre en danés). Y de ahí pasamos a la Plaza Nueva, Plaza Vieja y visitamos sin detenernos mucho en algunos rincones curiosos de la ciudad.

Después comimos en una hamburguesería muy recomendable del centro: Sporvejen, ambientada en un autobús. 4 hamburguesas con bebidas nos costaron 54 euros, una auténtica ganga en una ciudad que es carísima.

Con el estómago lleno pusimos rumbo a nuestra cita con un un free tour con Civitatis, ideal para conocer la historia y cultura de la ciudad.

Nuestro recorrido comienza en la plaza del Ayuntamiento, donde admiramos la espectacular decoración de la sede municipal. Destaca especialmente la escultura dorada del obispo Absalón, fundador de Copenhague en el siglo XII, quien jugó un papel clave en la consolidación de la ciudad como un importante puerto comercial del Báltico.

A medida que avanzamos, descubrimos algunas de las leyendas y curiosidades que han marcado la historia de la capital danesa. Nos dirigimos a Nyhavn, el icónico paseo marítimo repleto de casas de colores. Aquí, explicamos el origen de su vibrante estética: en el pasado, los marineros pintaban sus casas con colores llamativos para poder identificarlas desde el mar. Además, en este pintoresco canal vivió el célebre escritor Hans Christian Andersen, autor de cuentos tan populares como «La Sirenita» o «El Patito Feo».

Seguimos nuestra ruta hacia el Palacio de Christiansborg, un impresionante complejo que ha sido residencia real, sede del parlamento y hogar del Tribunal Supremo. Su torre es la más alta de Copenhague y ofrece una vista panorámica espectacular de la ciudad. A lo largo de los siglos, este palacio ha sido reconstruido varias veces debido a incendios devastadores.

Finalmente, concluimos nuestro recorrido en la plaza de Amalienborg, donde se encuentra el Palacio Real. Aquí, conocemos más sobre la monarquía danesa y las intrigas que han tenido lugar entre sus muros. Si visitamos a mediodía, podemos presenciar el famoso cambio de guardia, un espectáculo solemne que sigue una tradición centenaria.

Aunque el free tour tenía una duración prevista de 3 horas, solo estuvimos 2 porque los niños estaban cansados, pero nos gustó mucho y es una manera genial de descubrir la ciudad.

Día 7: Explorando los palacios y castillos de Copenhague

En nuestro segundo día, lo primero que hacemos es volver al Palacio de Christiansborg. Como el día anterior no pudimos subir, ahora sí disfrutamos de sus vistas desde la torre. Subir hasta allí es gratis, así que de momento no hemos activado la Copenhaguen Card.

Después caminamos 15 minutos hasta el Palacio de Amalienbord, para ver el tradicional cambio de guardia de las 12h. Justo enfrente tenemos la Iglesia de Mármol, cuya visita también es gratuita y merece la pena porque es preciosa.

Antes de comer hacemos parada en Kogens Have Garden, un parque muy chulo cercano al Castillo de Rosenborg.

Y comimos el mejor sitio de toda la ciudad: el italiano Fabro. No reservan mesa (hay que apuntarse en una pizarra en la puerta y esperar turno) pero merece la pena, la mejor carbonara que he probado.

Al terminar nos acercamos al Castillo de Rosenborg. Es el primer monumento de pago a visitar, así que activamos nuestra CPN Card de 72 horas. Se trata de una fortaleza del 1606 y era la residencia de Cristian  IV.

Deshacemos el camino y volvemos por el parque Kongens Have, donde los daneses hacen picnics y aprovechan los días soleados para disfrutar del aire libre.

Y llegamos a la zona más bonita (y concurrida) de la ciudad: el Nyhavn, literalmente “puerto nuevo”. Está lleno de locales y restaurantes pero es también una de las zonas más caras.

Y desde allí mismo cogemos un tour de 1 hora que recorre el canal y el mar Báltico. Está incluido en la CPN Card y está genial, aunque no pasa justo por debajo de las emblemáticas casitas de colores del puerto.

Día 8: Roskilde, la cuna de los vikingos

No nos podíamos ir de Dinamarca sin visitar Roskilde. Cogimos un tren (incluido en la CPN Card) que en 20 minutos nos dejó en la estación de la que fue antigua capital danesa hasta que se transfirió a Copenhague.

Dinamarca, al igual que Noruega y Suecia, fue territorio vikingo. La ciudad destaca por una inmensa calle peatonal con tiendecitas y puestos comerciales muy bonita. Una vez allí, en Roskilde visitamos la impresionante catedral, donde están enterrados numerosos monarcas daneses.

Luego exploramos el Museo de Barcos Vikingos, donde se exhiben embarcaciones originales de más de 1.000 años de antigüedad. Aquí incluso se pueden ver reconstrucciones en las que todavía navegan arqueólogos y voluntarios.

Allí hicimos una actividad familiar chulísima y pasamos el día, y la verdad es que nos gustó muchísimo y es un imprescindible en vuestra ruta por Dinamarca.

Y aunque estábamos cansadísimos decidimos parar en la estación central para visitar un rincón muy emblemático de la ciudad: el Tívoli. La entrada también está incluida en la card, pero las atracciones cuestan 3 euros el viaje, así que nosotros solo dimos un paseo y subimos un par de veces.

Día 9: Excursión al castillo de Kronborg, el castillo de Hamlet

Nos levantamos con un día muy lluvioso (el único lluvioso de nuestra estancia) y aunque teníamos planes de hacer varias paradas, tuvimos que cambiar de planes. Bien prontito tomamos el tren hasta Helsingør para visitar el Castillo de Kronborg, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Este castillo renacentista es famoso por ser el escenario de la obra «Hamlet» de Shakespeare. Es impresionante recorrer sus salones y mazmorras, que guardan siglos de historia.

Eso sí, llegamos calados hasta los huesos. Y con bastante frío. Así que tras la visita suspendimos los planes previstos del resto del día y volvimos a casa para entrar en calor.

Día 10. La Sirenita y Cristiania

Dedicamos el día a visitar algunos de los museos y palacios más emblemáticos. En el Palacio de Frederiksberg exploramos la antigua residencia real y en el Museo Nacional de Dinamarca aprendimos sobre la historia vikinga.

Pero nuestro objetivo del día es otro: el monumento más famoso de la ciudad. Pero antes pasamos por Kastellet, un parque público con muchos edificios, un molino… muy bonito.

Y después de una buena caminata llegamos hasta la Sirenita: el monumento de Jacobsen en honor al escritor del mismo cuento, Hans Cristian Andersen.

Y aunque estamos agotados no podemos irnos del país sin visitar el barrio de Christania. Damos una vuelta cortita pero no nos parece nada del otro mundo…

Día 11: Malmö, un salto a Suecia

Aprovechamos la cercanía y tomamos el tren a Malmö, en Suecia, cruzando el emblemático puente Øresund. También fue un día nublado y bastante frío, pero mantuvimos nuestros planes.

En primer lugar, visitamos el Castillo de Malmöhus, el edificio renacentista más antiguo de Escandinavia. Se trata de una de las principales atracciones de Malmö, Suecia. Su historia se remonta al siglo XV, cuando fue construido por orden del rey danés Erico de Pomerania. En aquella época, Malmö formaba parte de Dinamarca, y la fortaleza desempeñaba un papel crucial en la defensa del reino.

Después paseamos por el barrio de Västra Hamnen, una zona moderna y sostenible con vistas espectaculares del puente de Öresund.

Y hasta aquí nuestro viaje. El día siguiente lo destinamos a preparar el equipaje, recoger nuestro alojamiento y ya nos dirigimos al aeropuerto de la capital.

Dinamarca es un destino ideal para viajar en familia. Gracias a HomeExchange, pudimos disfrutar de alojamientos cómodos y auténticos mientras explorábamos la historia vikinga, la magia de LEGO y la modernidad de Copenhague. Si estás planeando un viaje similar, esta ruta te ayudará a aprovechar cada día al máximo.

¿Has visitado Dinamarca? ¡Déjame tu experiencia en los comentarios!

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