No, la maternidad no es el problema. Que sí, que ser madre (o padre) es un giro de 360 grados a tu vida “antes de tener hijos” pero te aseguro que procrear no es el problema. Hay otras muchas cosas que influyen en que ahora todo lo veas distinto. Y te sobrepase. Y te agobie. Y hasta te canse. Porque la maternidad tiene efectos secundarios. Sí, como el prospecto de unas pastillas que no te lees por miedo a lo que encontrarás.
La maternidad no es el problema. El problema son los horarios laborales de mierda, las malabares que hay que hacer para poder mantener tu vida profesional sin perder poder adquisitivo, sin renunciar a un ascenso, a crecer profesionalmente y poder ocuparte de tus hijos al mismo tiempo. Y con ocuparte me refiero a verlos más de 2 horas al día y a disfrutarlos. Disfrutarlos de verdad. Yendo al parque, a pasear o a la playa sin estar pensando en tu trabajo o viceversa.
La famosa conciliación es el problema. El tener derecho a una excedencia y las miradas y comentarios de desaprobación que eso comporta en la mayoría de los casos. O cogerte una reducción de jornada (y de sueldo) pero que tengas tanto o más trabajo que antes.
Que tener hijos sea un trabajo extra para tu día a día no es el problema. Eso ya lo sabías. El problema es la falta co-responsabilidad (muchas veces) y la carga mental que eso supone. Claro, en casa todos encendemos el botón de la lavadora pero hay que acordarse de llenarla de ropa, de programarla y hasta de tenderla. Y los niños van al colegio (hay unos trámites y unas obligaciones); tienen unas revisiones médicas rutinarias (y cien más, esporádicas) y… cumpleaños, excursiones, extraescolares, tareas, deberes, compras, peluquería… ¿sigo?
Ese cansancio acumulado es un problema. Para ti, para tu salud, para tu familia y para tus hijos. Esa sobrecarga y esa mochila que llevamos a la espalda es un lastre que nos acompaña años y años….
Tu forma de criar no es el problema. Son los millones de consejos (a veces contradictorios) que te van a llegar de tu madre, la vecina e incluso de esa amiga que ni siquiera tiene hijos. No importa lo que hagas, las decisiones que tomes. Te van a cuestionar. Antes o después te van a decir que eso está mal, que lo mejor es aquello otro o que siempre se ha hecho de esa manera.
Como alimentes a tu bebé no es el problema. Tanto si decides dar el pecho como darle biberón o combinar ambas cosas. Tanto si eres pudorosa y te tapas para amamantar como si te levantas la camiseta como si nada; si das teta 6 meses como 5 años…. Ese no es el problema. El problema es que encontrarás a alguien que no le parecerá bien y ya la habremos liado. Y te plantearás si haces bien, te saldrán mil dudas, querrás tirar la toalla y no seguir tu propio instinto…
La falta de sueño no es el problema. El colecho o que el bebé duerma en su habitación, tampoco. El problema es que tu bebé ya debería dormir del tirón. Hago debes estar haciendo mal. El problema es que, sea como sea que duermes, lo habéis decidido así y a algunas personas eso, les escuece. Les duele que tomes tus propias decisiones en tu casa. ¿Surreal, no? Pues mirad, en mi casa y en mi cama, mando yo. Al menos el 50% de las veces.
La maternidad no es el problema. Es todo aquello que viene a rebufo y que no te esperas. Y ni se te ocurra quejarte.