Los grupos de Whatsapp de padres están que arden estos días. Se acaba un nuevo curso pero parece lo que se acerca es el fin del mundo. Levantarte y ver en la pantalla del móvil 89 mensajes en un grupo y 75 en otro. Taquicardia. Ah no, que no pasa nada grave. La conversación a altas horas de la madrugada se debe al tema del momento: los regalos para los profesores. Arderé en el infierno de las malasmadres por esto que voy a decir pero, alguien tiene que hacerlo.
El tema del regalo para los profesores se nos ha ido de las manos. La cosa empezó probablemente con una postal firmada por 25 alumnos que llegan al final del cursos emocionados y ahora en la puerta de los centros y en su versión 2.0 (los dichosos grupos de clase de whatsapp) algunos plantean regalar viajes, cenas, ropa de marca y joyas. Soy yo ¿o esto es una locura?
Quién da más: las madres y padres concurso
Si analizamos el motivo de los regalos, detrás de este movimiento está muchas veces la competitividad entre padres y madres. Se empieza mirando qué regala la clase de al lado y, para no ser menos guay, se acaba proponiendo invertir un dineral para regalar una semana en una casa rural a gastos pagados. Todo muy razonable.
Del detalle al hábito
Hemos convertido algo espontáneo y divertido en una rutina y en una obligación. Si el tutor de tu hija es un cielo y quieres tener (solo o con el resto de padres) un detalle con él… ¡ perfecto! Pero, ¿qué pasa cuándo es un petardo y no se merece ni los buenos días? ah no, ahí también porque, claro, es final de curso Y TOCA HACER UN REGALO. Y no nos olvidemos de la Navidad, donde regalamos una cesta de productos que cuesta un riñón. A este paso haremos un regalo cada trimestre… porque a mí me da la impresión que la Semana Santa la tenemos olvidada y podemos pensar en rellenar ese hueco con, qué sé yo, la entrada para un coche.
¿Y el resto de profesores?
El tutor es el que se lleva el gato al agua, no nos engañemos. La profesora de inglés, música o macramé se tiene que conformar con NADA. Y eso tampoco lo veo justo. ¿Y en los centros que hay becarios o estudiantes en prácticas que lo dan todo? Los niños también les cogen cariño, trabajan tanto o más pero son los grandes olvidados. Si nos ponemos a regalar por regalar….
Existe también aquella idea de que es su trabajo. Al resto de los mortales cuándo trabajamos y llega junio no nos hacen un regalo, obvio. Pero para mí no es ese el problema. Si hay ganas de hacerlo y se hace con coherencia no veo problema. No se trata de como yo no tengo, tu tampoco. ¡qué bastantes vacaciones hacen ya como para encima hacerles un regalo!
No es el dinero, es el concepto
No se trata de un tema económico. No es cuestión de si se ponen 20 euros por familia o 3. Es el concepto. Es la obligatoriedad, la crítica al que no quiere (o no puede colaborar), es el ansia viva de hacer la rosca de algunos padres pero la dejadez a la hora de recoger el dinero o comprar el regalo. Porque, eso, pasa. Siempre son los mismos los que pringan y se ocupan de todo. Eso sí, que a nadie se le ocurra proponer en el grupo entregar el regalo un día que no te va bien a ti, que tienes prisa o que simplemente se te ha puesto en el moño que el regalo se entrega cuando tú quieres. O, peor aun, ojito con el orden en el que se pone el nombre de los niños….
el verdadero motivo: los niños
Con tanta tontería, se nos olvida que realmente lo importante aquí son los niños y la relación que tienen con su maestro. No estoy en contra de tener un detalle con el profesor si se tercia (jamás por obligación) pero creo que en ese caso el niño tiene que tener el protagonismo. Si a tu hijo le encanta pintar, le puede hacer un dibujo. Si le gusta cocinar, unas galletas. Una manualidad, una frase, un poema…. ¿se entiende la idea, no? Viaje al Caribe, descartado pues.
Ya me perdonaréis pero a mí esto me parece un despropósito y es hora de poner un poco de sentido común. Yo he picado en alguna ocasión pero ahora que estoy a tiempo, voy a bajarme de este carro e ir a mi bola. Una vez más.
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Hola , soy maestra; regalar una cesta de navidad,, yo creo que eso no pasa en todos los centros ni por asomo. En todo el texto no sentido la palabra agradecimiento por ningún sitio. Sí, es mi trabajo , pero mi trabajo no termina cuando salgo del cole, ni mucho menos, mi trabajo no implica una relación afectiva de confianza y cariño que mis alumnos y los de mis compañeros disfrutan. Los grupos de WhatsApp de padres son gestionados por los propios padres, esa es la reflexión a hacer: porqué los grupos de whatsappp de padres tienen tanta polémica? Qué es lo que reflejan? Un saludo
Hola Gloria! Me alegra que lo de la cesta no pase en todos los centros, porque es una locura. En los grupos de padres de WhatsApp hay padres y madres con interés por compartir cosas con el resto de progenitores sobre lo que les une: el colegio de sus hijos y padres que se pasan el día mandando memes y chuminadas. Sobre lo que dices del agradecimiento, es que este no es un post para hablar de las tutoras y maestras de mis hijos. Es un post sobre el despropósito que me parecen a mí algunos regalos 😉 estoy de acuerdo contigo en lo del trabajo, tal y como dije en el post.
Gloria, desde mi punto de vista, agradecer algo implica dar las gracias y añadir un comentario afectuoso, no comprar un reloj deportivo.
Al cole de mis hijos sí ha llegado la moda de la cesta de Navidad a la que, por descontado, no me he apuntado.
Y, ni que decir tiene, casi ningún trabajo termina a la hora de cierre. Si no son alumnos, son pacientes, son clientes u otro tipo de relaciones humanas que nos roban horas extra o nos quitan el sueño.
Por lo tanto, el regalo ostentoso y por rutina no está justificado.