Mi hijo no come porquerías. ¿Qué problema hay? Parece que uno muy grave, porque me llegan comentarios de todo tipo. Que si «le estoy quitando la infancia», que si «por un día no pasa nada», que si «como come de todo, no es nada malo..:» Pues os voy a decir algo. Sí que pasa. Hace unos días se publicaba que España ya supera a los Estados Unidos en obesidad infantil. Perdonarme, pero esto es muy grave. 1 de cada 5 niños en nuestro país sufre obesidad (no que esté gordito o rellenito, si no que tiene una enfermedad llamada obesidad).
Qué comemos en casa
En lugar de eso, comemos mucha verdura, fruta, legumbres, pasta y arroz (cada vez más integral), carne, pescado… Ocasionalmente comemos embutidos, una hamburguesa (hecha en casa) o una pizza (también casera, normalmente). También salimos a comer fuera, y también a veces nos comemos un bocadillo o una hamburguesa en un bar. Pero no es lo habitual.
No es que antes nos atiborraramos a productos procesados y bollería, pero sí que eran algo más habituales en nuestra cesta de la compra las galletas, alguna pasta, patatas fritas… Y ahora estos productos no forman parte de nuestra compra semanal. Si en alguna ocasión nos apetecen, los compramos. Pero se trata de algo muy puntual. En primer lugar porque tenemos un peque que, como es habitual, todo lo que ve lo quiere probar. Y en segundo, porque no son productos saludables y cuanto menos los comamos, mejor para todos.
QUÉ NO COMEMOS
Tampoco come galletas. Al inicio de la alimentación complementaria me parecía la mar de sano y normal darle casi cada día una. Pero eso duró muy poco porque hablando con amigas y leyendo articulos sobre el tema, me di cuenta que no era nada sano. Así que dejamos de comprarlas y empezar a desayunar otras cosas, como pan con aceite de oliva, tostadas, cerales (sin azúcar).
Los zumos, ni los prueba. En contra de lo que mucha gente cree, los zumos no son especialmente saludables. Tomarlos de vez en cuando está bien, sobre todo si son naturales (ya que los envasados tienen mucha…. (adivinad!!!!) Azúcar! Sin embargo, abusar de ellos, o sustituirlos por fruta fresca (un clásico si los peques no toman fruta) o agua no es buena idea. Los zumos no sacian tanto como la fruta y, además, concentran menos cantidad de vitaminas y fibra.
En general, no come productos azucarados ni nada que lleve azúcar. Su paladar está acostumbrado a comer los productos tal cual, sin sal ni azúcar como digo, y él no tiene ningun problema. Como todo hijo de vecino, si no le gustara no se lo comería (es pequeño pero no tonto).
CLAVES PARA MEJORAR LA ALIMENTACIÓN
Todos podemos mejorar nuestra alimentación. Siempre. Hoy en día, con todos los productos procesados que hay, comida rápida, etc. es bastante habitual «pecar». Pero hay que ser conscientes de ello e intentar, en mi opinión, mejorar. Si nosotros queremos llevar una alimentación de mierda (con perdón) somos adultos para ello, pero los niños tienen derecho a comer sano y comer bien.
Mi consejo inicial es que si queréis evitar ese tipo de productos poco saludables, no los compréis. ¿Lógico, no? Si no están en casa, no se comen. Si los peques no los ven, no los piden. Y si no se piden y no se comen, no se habituan a ellos y acaban siendo su fiel merienda o almuerzo. Ah, y dar ejemplo también es crucial, a parte de coherente.
No te imaginas cómo me identifico contigo en este post.
Lo de dar ejemplo es fundamental, el papi y yo desayunamos pan con aceite y algunas especias que nos gustan. Pues hace poco mi hijo mayor me pregunto qué era eso que le echaba y le dije que era cúrcuma, desde ese momento me pide pan con aceite y cúrcuma. Eso ocurre con muchas otras cosas que comemos, porque somos su ejemplo.
Un abrazo
Me encanta saber que somos muchas las que vigilamos nuestra alimentación y la de los peques. Creo que el ejemplo es básico… Mi hijo no se comerá jamás unas judías verdes si yo como una hamburguesa… Es lógico, no?
Oye, genial eso que comentas del pan, no se me habría ocurrido nunca lo de las especias!
Muchas gracias por comentar y compartir!! Un beso!