Hay un dicho (que oigo a menudo, por cierto) que dice que “niños pequeños, problemas pequeños”. Los problemas no lo sé, pero los gastos… Parece que van creciendo. En realidad, desde que nacen hasta… ¿nunca? no cesan.
En casa notamos el cambio cuando llegó la pequeña. Mientras fuimos tres… la cosa estaba más o menos controlada pero en el momento que la familia se amplió a cuatro… el gasto se disparó.
Los pañales, comida, los productos especiales (jabones y cremas, por ejemplo), las vacunas… En realidad, yo creo que en productos de farmacia y salud es en lo que más se gasta en nuestra familia (quitando la cesta de la compra, que es una auténtica locura). Y eso, cuando no hay complicaciones añadidas, como el hecho de llevar gafas, por ejemplo.
Mi hijo mayor desde los 4 años las usa para corregir la hipermetropía. Ahora, además, a la pequeña le han detectado un problema (leve) en los dedos de ambos pies y tiene que usar varios meses unas prótesis de silicona.
No son grandes gastos, pero todo suma. Monturas y cristales anuales (si no se rompen antes, como ha pasado alguna vez), las prótesis, medicamentos varios… Yo ya tiemblo de pensar en las más que probables gafas que lleve la pequeña (seremos ya 3 personas con montura en casa) y en la adolescencia, cuando quieran llevar lentillas, necesiten ortodoncia ¿Quién no necesita ortodoncia hoy en día? y todo sea un cúmulo de facturas.
Y el problema no es solo el gasto, si no el tiempo. El tiempo invertido en médicos y el tiempo de demora. Nosotros para las visitas pediátricas siempre vamos a nuestro centro de referencia de asistencia primaria pero cuando son especialistas… las listas de espera son interminables y a mí me desespera un poco.
Nosotros tenemos seguros de salud desde que éramos pequeños precisamente por eso, así que supongo que es cuestión de tiempo que ellos también lo tengan. Confío plenamente en la medicina pública, pero soy consciente de la tranquilidad que supone visitar un especialista en la misma semana que lo necesitas o tener un amplio cuadro médico al alcance estés donde estés.
Es cierto que es un gasto añadido, pero una póliza hecha a medida, a la larga, supone un importante ahorro en la economía doméstica. Sin ir más lejos, los seguros médicos Adeslas, por ejemplo, ofrecen distintas modalidades de seguro en función del número de personas y de las coberturas, así como de las formas de pago.
Cada familia es un mundo pero hay que echar cuentas de, como os digo, gasto y tiempo, y valorar realmente qué compensa más. ¿Vosotros, lo tenéis claro?