Organización. Una palabra clave para mí antes de ser madre que ahora, con dos hijos, se ha vuelto casi un mantra que tengo que llevar un poco a rajatabla para no caer en el caos absoluto. Sí, antes de ser madre ya era una persona organizada. Y lo sigo siendo en todas las facetas de mi vida, en mi casa y en mi trabajo. Pero es cierto que cuando llega la descendencia, la cosa cambia. Hoy os cuento cómo organizarse con dos niños pequeños o, al menos, como lo hacemos nosotros.
Realmente esta es nuestra organización particular. No tiene porque ser la mejor ( ni mucho menos) ni ser válida para todas las familias. Es la nuestra a día de hoy. Quién sabe si en el futuro será otra. Yo siempre voy aplicando cambios si veo margen de mejora.
De la misma forma, como os contaré, estas rutinas las llevamos a cabo más de cara al buen tiempo, ya que en los meses más fríos nos organizamos de otra manera.
Colegio y trabajo
Sin duda es lo que marca nuestro día a día de lunes a viernes. Como ya os conté hace unos meses, al terminar la baja de maternidad de la pequeña me cogí una jornada reducida. Trabajo de lunes a viernes, de 9.30 a 14.30. Es un horario ideal para conciliar, sí, pero tiene su parte “notanbonita”. Y es que en 5h diarias tengo que sacar adelante el curro de 8h (o más) y a final de mes mi sueldo sigue siendo el de 5h. Pero esto es otra historia.
Este horario me permite llevar a los niños al colegio. El mayor hace p4 y la pequeña va a la guardería. Los dos centros están uno junto al otro, así que la entrega por la mañana es rápida. Y mi trabajo está a 5 minutos de casa en coche. Así que esa parte es fácil.
Lo realmente difícil es la carrera contrareloj de cada mañana para llegar puntuales al colegio. Mi marido se va a las 7 de la mañana y no vuelve hasta las 16.30. Así que levantar a los niños (a las 8 máximo), vestirlos, darles el desayuno, hacer camas, programar alguna lavadora y/o pasar mopa de me da tiempo (o eso lo dejo para las 15h) y dejar la casa mínimamente decente es tarea mía. Y me lleva una horita y media buena.
A las 14.30, cuando acaba mi jornada, voy a casa a comer. En paz y silencio total. Bueno, comer y exprimir al máximo esa hora que tengo para limpiar, organizar, hacer alguna gestión o tarea o escribir el blog (como ahora).
Antes mi rutina era otra. Recogía a la pequeña en casa de los abuelos (ambos comen allí al mediodía con mis suegros) y la llevaba a casa. Le daba pecho, la ponía a dormir la siesta y comía yo. Y me daban las tantas. No me importaba porque mi marido era quien recogía a los niños. Pero en diciembre pasó a salir media hora más tarde y muchos días soy yo la que recoge al mayor en el colegio (16.30). Así que el plan anterior ya no sirve porque 1. apenas tendría tiempo de comer. 2. le fastidiaría la siesta a la enana. Así que ahora, a las 16.30, recojo a uno del cole y a la pequeña en casa de los abuelos.
Tardes
Por las tardes vamos variando el plan. En los meses más fríos suelo hacer el recorrido en coche y vamos de casa al cole, merendamos y jugamos un rato. Ahora, con el buen tiempo, intento ir andando, aprovechamos para hacer alguna parada si nos hace falta algo de la frutería o del súper, vamos al parque…. Nos lo tomamos de otra forma.
Una vez a la semana, por lo menos, toca compra. A veces voy yo, a veces va mi marido. Casi siempre con el mayor porque para él ir al súper es como ir de vacaciones: le encanta.
Ninguno de los dos realiza ninguna actividad extraescolar entre semana (el mayor hace natación, pero va los sábados por la mañana). Así que eso también nos libera bastante de horarios muy estrictos.
Eso sí, sobre las 7.30-8 cenamos. Eso implica que la tarde es muy corta y la cena la tenemos que preparar pronto. Lo habitual es que yo haga la cena mientras él los baña. No por nada en particular, si no por distribuir las tareas (yo me encargo de ellos por la mañana y me gusta cocinar, así que casi siempre lo hacemos así).
Cenamos pronto todos juntos y se acuestan sobre las 9. Una vez dormidos tenemos tiempo para nosotros, por si queda algo pendiente de hacer o simplemente para relajarnos y desconectar.
Esto serían las tardes convencionales pero cada semana hay algún (o muchos) imprevisto: recado, médico, cumpleaños…
Turnos
Sería nuestra vida por definición. Para muchas cosas, vamos a turnos. Tu recoges a uno, yo al otro. Tu haces la cena, yo sigo jugando en el parque. Tu juegas con ellos un rato, yo preparo la cena. Sería muy chachi pasarnos toda la tarde los 4 jugando y riendo pero eso pasa puntualmente. El día a día y tareas muy básicas (como comer) nos obliga a repartirnos para organizarnos mejor.
El fin de semana evitamos esto. La excepción sería la natación. Mi marido lo lleva todos los sábados y yo suelo aprovechar para hacer la compra, alguna tarea en casa, etc.
Los abuelos
Los abuelos paternos merecen un capítulo propio ya que se ocupan mucho de los niños durante la semana (mis padres viven más lejos y la logística no es tan sencilla). Cada día los recogen del colegio – guardería y les dan de comer. Ponen a la enana a dormir y vuelven a llevar al mayor a las 15h. Es un sacrificio enorme que hacen en beneficio de los niños y nuestro.
Los abuelos son pieza clave en la conciliación. Sobre todo cuando uno de los dos (o los dos) se pone enfermo. Esta semana, por ejemplo, el mayor ha estado con un virus y no ha ido a clase. Sin los abuelos no hubiera sido viable de ninguna manera.
Nosotros no hemos contratado nunca un/a canguro. No hemos tenido necesidad (porque los abuelos nos ayudan) ni usamos las aulas de acogida del colegio ni el servicio de comedor. Puntualmente los niños se han tenido que quedar a comer en el colegio pero preferimos (tanto nosotros como los abuelos) que coman en casa.
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Qué bien os organizáis. A mí me quedan dos meses para incorporarme y cada día pienso en cómo cuadrarlo para incluir el mayor núnero de cosas que quiero. Cosas positivas: el bebé de momento no va a ir a la guarde porque se queda mi madre con él (mi hija tuvo q ir a los cuatro meses y medio por motivos varios 😢). La mayor empieza el cole este año y voy a poder ir a buscarla a las 16.30. Cosas negativas: se tiene que al comedor y tendré qur currar algo en casa porque tengo flexibilidad pero como tú tengo que sacar los objetivos. Por cierto, un monumento a tus suegros! 😊
Ya hemos comentado la jugada en privado pero sí, parece una organización metódica aunque yo tengo la impresión de vivir en el caos… La diferencia que hay entre un hijo y dos… Es abismal. Y la verdad es que sí, mis suegros se merecen un pedazo monumento! Gracias por comentar guapa!