Un año después, por culpa de la pandemia, pudimos disfrutar de nuestro viaje a Navarra. Visitar el Valle del Baztán con niños es una propuesta muy recomendable. Nosotros lo recorrimos durante 7 increíbles días, disfrutando de la naturaleza, actividades muy originales y propuestas que nos harán volver sin duda. Acompáñame en un recorrido en el valle más hermoso de Navarra.
7 días en el Valle del Baztán con niños
Nuestro viaje fue a finales de junio. Para mí ese mes, junto con septiembre, son los mejores para viajar. Menos calor, menos gente y mucho más económico.
Día 1: Salou – Zaragoza – Azpilcueta
Era nuestro primer viaje largo con los peques en coche. Desde Salou teníamos unas 5 horas hasta llegar al destino, así que hicimos parada en Zaragoza, a mitad de camino. Tuvimos una suerte impresionante porque nos adentramos en la capital aragonesa con poco más de 20 grados. Tras dar una vuelta por la Plaza del Pilar y comer muy cerca de allí, nos pusimos otra vez en marcha dirección a Azpilcueta: nuestro campo base por 7 días.
Allí nos esperaba la casa rural Petisansenea II, perfecta para 4 personas. Es una casa modesta y sencilla, rústica. Se encuentra a 5 minutos en coche de Elizondo, una ubicación perfecta para recorrer el Valle del Baztán con niños. Aprovechamos la tarde para conocer a los propietarios, deshacer maletas, hacer la compra para la semana y recorrer los campos que nos rodeaban.
Día 2: Parque NATURAL DEL SEÑORÍO de bertiz
Cansados aun del viaje, la primera propuesta para conocer a fondo el Valle del Baztán con niños fue visitar el Parque Natural del Señorío de Bertiz. Se trata de un espacio que forma parte de la red de espacios protegidos de la Comunidad Floral de Navarra. Visitar el parque cuesta 3 euros por persona. Los menores de edad no pagan.
Merece mucho la pena visitarlo durante una mañana y comer en su merendero (las mesas se reservan en la taquilla). Desde allí también salen varias rutas de senderismo aptas para distintos niveles. Una de ellas es la Vía Verde del Bidasoa.
En la entrada, un enorme aparcamiento y una zona infantil con columpios. El jardín de Bértiz, con más de 100 años de antigüedad, es quizá el mayor tesoro del Parque Natural.
Tiene varios caminos y senderos por los que es muy agradable pasear. Hay también estanques, puentes, un mirador y capilla.
Cuando acabamos nuestra visita al parque, nos acercamos al Mirador del Baztán, en Ziga. Se trata de un pequeño mirador en medio de la carretera. En mi opinión, no merece mucho la pena, a no ser que paséis justo por allí.
(usando el código “MATERNITIS“)
Día 3: Amaiur y Elizondo
El tercer día de nuestro viaje por el Valle del Baztán con niños lo reservamos para visitar Amaiur, un pueblecito precioso que nos quedaba muy cerca.
Tras cruzar sus calles, cogimos la empinada cuesta que lleva hasta el Castillo de Amaiur, o mejor dicho, sus ruinas.
Es una visita libre que se puede hacer perfectamente con peques, y os llevará hora y medio o dos horas, depende del rato que estéis en la colina. Las vistas son preciosas.
De bajada, parada obligatoria en el Molino de Amaiur. Todo lo que os pueda contar de Felipe y sus explicaciones se queda corto. Es mejor que lo viváis vosotros mismos.
Además de la visita guiada, los peques pueden amasar sus propios talos, unas tortillas de maíz muy típicas de la zona que están deliciosas.
No desaprovechéis la ocasión de reservar una mesa en su jardín y comer allí.
Con la tripa llena, nos fuimos hasta Elizondo a recorrer sus calles y descubrir todos los rincones conocidos por la trilogía del Baztán, de Dolores Redondo.
La pena fue que nos pilló mal tiempo y fue una visita exprés. Teníamos previsto iniciar en Elizondo la ruta hacia la Cascada de Oinaska (unas 2 horas) pero lo dejamos para una visita futura al Valle de Batzán.
Día 4: Cuevas de Urdax y Zugarramurdi
El Valle del Baztán es conocido también por sus cuevas, llenas de misterio, leyendas de brujas y mucha historia. Dos de las más conocidas son las de Urdax y Zugarramurdi. Merece la pena visitarlas el mismo día (con reserva previa) porque ambas están muy próximas.
Empezamos el día recorriendo el pueblo de Urdax, pequeño pero muy bonito para después desplazarnos hasta las cuevas de Urdax.
Estas son angostas y la visita es guiada (6 euros los adultos, niños de 4 a 14 años: 3 euros). Las explicaciones de la guía nos encantaron y nos permitieron conocer un poco más los secretos de este rincón del valle.
Una vez en Zugarramurdi, paramos en el Restaurante de la Bruja Graxiana. No admiten reservas, por lo que es mejor ir prontito, pero es bastante amplio. Comimos de lujo y super bien de precio, sin duda es un gran sitio para hacer un alto en el camino.
Y ya por la tarde, visitamos las Cuevas de Zugarramurdi. Al contrario que las otras, se visitan libremente y son principalmente abiertas, aunque hay zonas en las que adentrarse. Mucho cuidado en ellas porque hay mucha humedad y rocas, y es fácil acabar en el suelo. Por experiencia os lo digo. El precio de estas cuevas es de 4’50 por persona (a partir de los 12 años) y 2’5 euros los niños (de 6 a 12 años).
Día 5: Embalse de Leurtza Urtegia
A 40 minutos de Elizondo de se encuentra el Embalse de Leurtza Urtegia, un sitio muy recomendable si visitáis el Valle del Baztán con niños. Al ser una zona protegida por su importancia medioambiental, aparcar el coche tiene un coste de 3 euros.
Una vez allí, hay dos senderos para recorrer ambos embalses. Nosotros cogimos el más corto, de 2 kilómetros, completamente llano y accesible. El lugar es perfecto para pasar el día, hay merendero con mesas de picnic, barbacoa y os podéis bañar en el embalse. En algunas épocas del año es habitual ver animales rondando por allí.
Día 6: Aprendemos a hacer queso
Otra de nuestras experiencias TOP en el Valle del Baztán con niños fue la visita a Kortariko Gasna, una quesería tradicional que ha sabido adaptarse a las demandas turísticas del valle, creando toda una experiencia para el visitante.
Las visitas guiadas a la quesería se realizan con reserva previa y duran 1’30h. Tras una breve proyección, visitamos los establos de las vacas y cabras y la fábrica, donde vimos el proceso de elaboración del queso Idiazábal y otras variedades.
En el exterior pudimos degustar todos sus productos y nos hicieron una exhibición con su perro pastor, que dejó boquiabiertos a grandes y pequeños.
Acabada la visita, solo nos quedaba despedirnos y poner rumbo al Molino del Infierno (Infernuko Errota). Dejamos el coche en el aparcamiento del restaurante Etxebertzeko Borda y, tras rodearlo, empezamos nuestra caminata de unas 2 horas (ida y vuelta) por un frondoso bosque. El camino es regulero pero poquito a poco llegamos a este molino clandestino que durante la Guerra Civil funcionó para seguir moliendo maíz y alimentando a los habitantes de la zona.
Durante muchos años el molino estuvo abandonado, hasta que los propietarios del restaurante lo rehabilitaron. En Etxebertzeko Borda paramos a la vuelta para degustar sus famosas truchas recién pescadas y un chuletón, una gran comilona a un precio más que correcto.
Día 7: San Juan de Pie de Puerto
A punto estuvimos de irnos de Navarra sin cruzar a Francia. Una vez descartada la idea de visitar la cascada de Xorroxin por ser demasiado larga para la peque (7 kilómetros), cogimos la carretera que nos llevaría hasta cruzar la frontera, a poco más de media hora, y dar un un pueblo medieval precioso.
Las curvas merecieron la pena porque San Juan de Pie de Puerto es espectacular. La muralla y camino de ronda, la ciudadela, sus calles y puentes… sin duda fue una visita que nos gustó a todos.
Comimos en uno de los restaurantes de la zona a buen precio y pusimos rumbo a nuestro hogar por unos días para prepararnos para hacer las maletas.
Día 8: de vuelta a casa
Con pena en el corazón nos despedimos de nuestro viaje por el Valle del Baztán con niños, no sin antes hacer una parada en Olite. La verdad es que estos descansos nos han venido bien, tanto a la ida como a la vuelta, para que los niños no se cansaran tanto del trayecto.
En Olite visitamos, como no podía ser de otra manera, su Palacio Real, un castillo espectacular que merece la pena recorrer sin prisas.
Terminada la visita, callejeamos un poco hasta llegar al restaurante Preboste, todo un acierto.
Y hasta aquí nuestro viaje de 7 días por el Valle de Baztán con njños. La parte menos emocionante de deshacer maletas y poner lavadoras mejor no os la cuento. Pero eso siempre se olvida cuando nos planteamos alguna escapada.