Tomas muy cortas, enfados mientras mama, tirones del pezón…. Bienvenida a la tercera crisis en la lactancia materna, my friend. Como un reloj, justo al cumplir los 3 meses, mi pequeña bicheja ha entrado en la tercera crisis en la lactancia materna (o brote de crecimiento).
No, no es un error. No me he olvidado de hablaros de la segunda crisis en la lactancia materna. Es que con la pequeña L., esta crisis no la hemos vivido y el primer y último brote (hasta la fecha) fue el de los 15 días. Es curioso porque precisamente con el mayor fue la crisis más intenta. La primera crisis fue durísima al ser algo totalmente desconocido para mí; la segunda, como os digo, muy intensa, y la tercera ni la noté.
Y la verdad es que esperaba un patrón similar con la hermana. Pero no. Con ella todo es distinto y esta tercera crisis está siendo memorable. Pero no quiero dejar de hablaros de la segunda, así que haré un pequeño resumen.
Segunda crisis en la lactancia materna
La segunda crisis en la lactancia materna aparece alrededor del mes y medio (unas 6 o 7 semanas). En este nuevo pico de crecimiento, el bebé necesita obtener más leche y por eso su comportamiento al mamar cambia de nuevo. En concreto, esta crisis se caracteriza por un aumento de la demanda y número de veces que pide pecho y por una conducta diferente cuando mama (puede llorar, mostrarse enfadado/a, dar tirones, ponerse tenso o arquear la espalda…).
Dura una semanita, más o menos. Pasado este tiempo (que puede hacerse eterno), los bebés vuelven al ritmo habitual ante el pecho.
Tercera crisis en la lactancia materna
Alrededor de los tres meses se produce una nueva crisis o brote de crecimiento. Suele ser una de las más delicadas por diversos motivos, entre los que destacan la finalización de la baja maternal, que el patrón del niño es muy distinto al de las crisis anteriores, y cambios en el bebé y la mamá.
Por un lado, los bebés ya tienen mucha experiencia mamando y necesitan menos tiempo para mamar (por eso se reducen el tiempo en cada toma) y, además, reducen el número de tomar porque su crecimiento también disminuye. Esto produce en la madre una sensación de vacío en los pechos (y por ello piensa que ya no tiene leche suficiente).
En paralelo, los bebés empiezan en ese momento a estar mas despiertos y sentir más curiosidad por todo lo que les rodea, se distraen fácilmente, todo lo quieren mirar y todo les llama la atención… Y eso también pasa cuando maman. Por lo que cualquier estimulo les hará soltar el pecho (a veces de forma brusca) para prestarle atención. Se suelen enfadar al mamar y se desesperan ante el pecho. Tampoco ayuda el hecho de que sea una de las crisis más largas (alrededor de un mes) y por eso muchas madres abandonan la lactancia materna justo en ese punto.
En resumen, en la tercera crisis en la lactancia materna, encontramos:
- Menos demanda de pecho y menos tiempo mamando
- Baja la producción de leche (porque se adapta a la demanda del bebé, no porque nos quedemos sin leche) y los pechos están más blandos
- El bebé se distrae mientras mama con facilidad
- Se enfada y llora cuando mama. Parece que rechaza el pecho.
- El bebé coge menos peso. Es algo normal que coincide con la bajada de la demanda.
nuestra tercera crisis de crecimiento
Tengo que decir que la tercera crisis en la lactancia materna no me está resultando especialmente dura pero sí que es a veces desesperante y agotadora, pero soy optimista porque sé que es algo pasajero (y espero que sea también lo más breve posible).
Lo que llevo peor de todo son los tirones (porque duelen, para que os voy a engañar). Su comportamiento sé que es el normal y no me preocupa. Sé que no se queda con hambre, que no me estoy quedando sin leche y que no rechaza el pecho.
Pero es verdad que me cabrea que en medio de la toma se eche a llorar sin más (cuando mi objetivo quizás es que se relaje y se duerma) o que estire de mi pecho sin piedad.
Al contrario de lo que muchas pensamos (yo lo pensaba), la tercera crisis en la lactancia materna no es la última. Al año y dos años edad se producen nuevos cambios. Ya os iré contando cómo los vivimos cuando llegue el momento.