Anoche el programa Salvados nos tocó las narices la fibra a más de un@. Rabia e impotencia es lo que sentimos muchos padres y madres ante “El Milagro de Conciliar” y las diferencias más que evidentes entre lo que sucede en nuestro país y en el resto de Europa. Que vivimos a años luz de nuestros vecinos europeos no es ninguna novedad, que nadie se engañe, pero aun así, no porque sepamos que hay una herida desde hace tiempo nos deja de doler.