Uno de los planes que teníamos para estas Navidades era pasar un día en el parque de atracciones Port Aventura. Nosotros no somos demasiado fanáticos de estos sitios por varias razones (no nos subimos en atracciones, nos parecen demasiado artificiales, muy saturados de gente, precios abusivos…). Pero como una vez al año no hace daño, aprovechando los días de vacaciones de papi, nos reservamos uno para visitar el parque.