Siempre se ha hecho así. Las madres y padres de ahora estamos cargados de tonterías. Antes las cosas eran distintas. Los hijos de fulanita y menganito se criaron así y no les ha ido tan mal. Son adultos normales.  En mis tiempos se hacía así y nunca pasó nada. ¿Os suena?

Claro que os suena. Porque ya sabemos todos que antes los niños no viajaban a contramarcha. Ni siquiera viajaban en silla de auto. Cuando éramos pequeños (cuando yo era pequeña), nuestros padres nos llevaban en el cuco, en el asiento de atrás, medio sujeto con un cinturón. Y, claro, nunca pasó nada. Porque entre meneo y meneo del cuco, no hubo ningún percance (bueno, la tasa de mortalidad infantil en carretera era más elevada, pero eso no lo tenemos en mente). Era lo normal... siempre se había hecho así. Ahora tenemos la suerte de que haya sillas homologadas, a precio de ganga algunas, y con eso ya es suficiente.

Porque antes no se hablaba de crianza consciente y respetuosa (y mucho menos con apego). Antes se educaba a base de castigos y los cachetes estaban a la orden del día (lamentablemente, para muchos lo siguen estando). Siempre se había hecho así, y no pasaba nada. ¡No salimos tan mal! Ahora tenemos la cabeza llena de pájaros y no sabemos educar a nuestros hijos… si no les tenemos a raya… se nos subirán a la chepa. Les consentimos y malcriamos con tanta pedagogía y tanto manual.

Los niños de ahora hacen con nosotros lo que quieren. Nos toman el pelo. Desde bien pequeños, los acostumbramos a nuestros brazos, a portearlos… ¡incluso duermen con nosotros! Esto antes no se hacía así. Los niños han dormido siempre en su habitación. Eso si había habitación para todos, porque mi abuela dormía con sus hijos hasta que eran un poco grandecitos para dormir en su propia cama. Colechar le llamamos ahora.

Y de día, a la hamaca o al parque. Y si no querían o lloraban, pues a llorar. Porque eso ensancha los pulmones. Hay un tal Dr. Estivill que lo recomienda incluso, para que aprendan a dormir desde bebés. Siempre se ha hecho así.

También tenemos muchas tonterías con la comida. El azúcar es el diablo. ¡Los niños necesitan energía por eso deben tomar azúcar! Siempre se ha desayunado colacao y galletas, y bien sanos que hemos crecido. Los cumpleaños eran a base de ganchitos de naranja radiactivo y toneladas de fanta, bocatas de nocilla y muchas golosinas. Los niños de antes eran más felices. Pero hasta eso ha cambiado. Estas modas de los bocadillos integrales con humus y la fruta para merendar les hacen perder la infancia.Porque ya se sabe que lo que da plena felicidad es comer, y no jugar hasta caer agotado o reír hasta que te duela la tripa.

¿Y qué es eso de cogerse excedencias o reducirse la jornada para cuidar disfrutar de los hijos? Tantos años estudiando… para ahora dejar a un lado la carrera profesional. Esto antes no pasaba. Los padres, que en muchos casos se ocupaban bien poco de la crianza de sus hijos, trabajaban de sol a sol. Y las madres, también. Los niños iban del cole a casa de los abuelos, al comedor, a extraescolares… Siempre se ha hecho así. Y ellos no necesitan más, se tienen que acostumbrar.

Y, claro, para que dar el pecho si a los 3 meses tienes que volver a trabajar. Y, oye, qué suerte. Porque antes, la baja maternal era mucho más corta y no valía la pena amamantar para unas pocas semanas. Siempre se había hecho así. Por eso nació la leche de fórmula. Y estábamos todos igual de sanos. Nunca nos poníamos enfermos. Esa moda de dar la teta a demanda, sin horarios, sin enseñarles cuando toca y no toca comer. Y encima se hace hasta que el niño va a la universidad… ¡vicio y más vicio! Así están, consentidos y malcriados.

En el mismo embarazo ya los malcriamos, con tanta prueba y tanto control. Antes no se iba tanto al médico ¡y no pasaba nada! Lo que hay ahora es mucha tontería. Lo que se lleva ahora es comer a trozos, nada de triturar. Siempre se han dado papillas y nunca ha pasado nada. Bien fuertes hemos crecido. Bueno, siempre, siempre no…. porque la batidora es un invento bastante moderno, pero en algún momento se empezó a hacer así.

Siempre se ha hecho así…. ¿verdad? Para qué cambiar las cosas. Para qué mejorar, aprender, avanzar….

(nota al lector. Si no has cogido el tono irónico, vuelve a leerlo). 

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