Hoy quiero hablaros del DIY desde otro punto de vista. No os traigo un tutorial, sino una idea para que, si os gusta este mundillo y se os da bien, penséis en sacarle un rendimiento a vuestro hobby. En una sociedad globalizada como la nuestra resulta chocante cómo se ha puesto tan de moda la artesanía, los productos hechos a mano y el movimiento que se conoce como Do It Yourself (hazlo tú mismo). No sé si es culpa de Pinterest, esa red social repleta de cosas muy cuquis; la elevada tasa de paro de la que gozamos o simplemente que todos llevamos un artista oculto y hacer las cosas uno mismo, para que engañarnos, mola. Pero, ¿y si además de molar, nos sacamos unas pelillas?

A ver, no os voy a engañar. Vivir de hacer collares y álbumes de fotos no debe ser sencillo (ojo, que hay gente que se gana la vida con ello fantásticamente), pero creo que si tenéis un don o una pasión por este mundillo, podéis sacarle provecho y ofrecérsela almundo. Ya sabéis que yo lo hago, y a través de Miss Pespuntes confecciono complementos para bebés. Todo surgió así, de la nada, de una afición personal y un empujoncito de unas amigas.

Arte y manualidades

Este post pretende ser ese empujoncito. Y es por eso que voy a daros algunos consejos básicos para que tengáis el mayor éxito posible. De entrada ya os digo que todo lo handmade, está mal valorado, ergo, mal pagado. Lamentablemente, mientras haya negocios que produzcan en países asiáticos a precios irrisorios y gente que sólo tenga en cuenta el precio final del producto, así seguirá siendo. Pero como os decía al inicio, lo hecho a mano cada vez es más demandado y la artesanía es un valor al alza. Y en ese cajón caben cantidad de productos: joyas y abalorios, confección de prendas para bebés, juguetes, complementos ganchillo, scrapbooking…

La gente que compra un producto hecho a mano busca principalmente dos cosas: calidad y originalidad. Así que, si vais a vender vuestra artesanía, ofreced buenos productos. Materias primas de calidad, con buenos acabados y sed lo más profesionales posible. Todo eso tiene un coste, claro, pero hay otras maneras donde podréis ahorrar sin que el resultado final se vea perjudicado. Por ejemplo, en el material del packaging y en los envíos de los productos que realicéis. Hace poco descubrí un comparador de envío de paquetes, Packlink, con el que podréis ahorrar unos eurillos sin que esto afecte al resultado final. Un cliente satisfecho es un cliente que repite.

Un embalaje bonito siempre entra mejor por los ojos

En cuanto a la originalidad, se trata de intentar diferenciaros un poco de la competencia, pero también podéis ser originales con los detalles. Un embalaje cuidado y bonito o un detallito para el cliente (que puede ser una simple tarjeta de agradecimiento o una gominola) son cosas que quedan geniales y no cuestan trabajo ni apenas dinero. Para las cositas hechas a mano nada mejor, en mi modesta opinión, que packagings que evoquen también artesanía, como papeles o bolsas craft, sellos personalizados, cintas decorativas tipo washi tape…Hay un montón de posibilidades. Internet también puede ser una buena fuente de inspiración. Estamos vendiendo un producto hecho a mano, con mimo, y casi personalizado, son detalles que van muy acorde con esa filosofía.

Cómo promocionarse

Internet, internet, internet. Hay muchas fórmulas: las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram o el ya mencionado Pinterest); un blog, foros, tiendas en comunidades virtuales (por ejemplo Etsy)… No olvidéis que el boca a boca, esto es, que todo hijo de vecino sepa lo que hacéis, sigue siendo a día de hoy la mejor manera de darse a conocer.

Todos estos consejos sirven para ganar un dinerillo con vuestros proyectos DIY, pero si no os veis en la tesitura de venderlos, otra muy buena opción es aprovechar vuestras habilidades para regalarlos. ¿Qué mejor regalo para una mami que acaba de dar a luz que un bonito pelele hecho por vosotr@s? O un collar fantástico a vuestra mejor amiga por su cumpleaños; un álbum de fotos para vuestra pareja en vuestro aniversario… No supondrá un ingreso directo, pero sí unos ahorros en regalos que, de otra forma, suponen un desembolso y son más fríos y típicos.

Des de aquí os animo a que saquéis provecho a ese hobby que tanto os gusta, nada mejor que ganarse la vida (o ayudar a ello) con algo que realmente nos apasiona. Y si seguís mi consejo y os va bien, ¡recordad que quién os dio el empujón final fue Maternitis! 😉