Si leísteis mi post de la Versión Cefálica Externa sabréis que fue una maniobra sin éxito y que finalmente di a luz por cesárea. Hoy quiero narraros mi experiencia antes, durante y después y cómo es una cesárea y qué debéis esperar si os tenéis que someter a una.
Cuando me enteré que mi bebé nacería de esta manera, el mundo se me vino abajo. Por varias razones. En primer lugar, porque me habían dicho en las clases de preparación al parto que esta es la última opción. Una cesárea no deja de ser una operación, y por lo tanto, ya no estamos hablando de un proceso fisiológico natural como el parto, si no de meternos en un quirófano para someternos a una cirugía que puede tener sus complicaciones (anestesia, infecciones, recuperación posterior, etc.). En segundo lugar, porque no era el parto que yo deseaba. Para muchas personas esta parte es difícil de entender y me repatea muchísimo (lo digo alto y claro) que en su momento la gente me dijera “si no te vas a enterar”, “es la mejor opción, así no tienes que pasar por un largo parto”, “no es para tanto, ya verás…). Para quién no lo sepa, en la mayoría de hospitales de este país, no puede haber acompañantes durante la cesárea. Eso quiere decir, que vais a estar solas. Muy solas. Vale, hay un quirófano lleno de gente, pero papá no va a estar ahí para daros la mano, ni para ver nacer a su bebé, ni para tranquilizaros… Y en tercer lugar, porque después de una cesárea hay dolor, una recuperación más lenta, más días de hospital, puede haber dificultades para establecer la lactancia materna… Así que no, la cesárea no es mejor.
Mi cesárea estaba programada para el 3 de octubre porque el bebé venía de nalgas (salía de cuentas en día 13). Pues bien, el 28 de septiembre me puse de parto. La noche anterior, sábado, estuve cenando y tomando algo con unos amigos hasta bien entrada la noche y me notaba extraña. Tenía contracciones leves y ya había perdido el tapón mucoso. Durante la madrugada, ya en casa, las contracciones se fueron agudizando y casi no pude dormir, pero en ningún momento pensé que estaba de parto. Hacia las 8 de la mañana me levanté de la cama, me duche y vestí y parecía que se me pasaban. Comentamos con mi marido la posibilidad de acercarnos al hospital para comprobar que todo estuviera bien. En mi mente no pasó la idea de que estaba de parto, mis contracciones eran fuertes pero… ¡me habían dicho que dolía tanto! ¡Que no podría ni andar de dolor! Como aún estaba en ayunas (y sabía que para la cesárea no tenía que comer) nos acercamos al hospital, pensando que me adelantarían la fecha de la cesárea porque todo indicaba que mi bebé quería venir al mundo un poco antes del día 3. En el último momento (bendito sexto sentido) eche mano a la bolsa del hospital “por si acaso”.
Cuando llegué al hospital llovía a cántaros, fui a urgencias y me mandaron a urgencias de salas de partos. Estuvimos allí un buen rato porque no les funcionaba el timbre pero al final entramos. Una comadrona jovencísima nos atendió súper bien. Me debió ver muy estupenda (yo me encontraba muy bien) porque me puso correas con intención de dejarme allí un rato pero en seguida le cambió la cara y me quiso hacer un tacto. Un tacto que me dolió horrores, por cierto. Me dijo que estaba de 7 centímetros. ¿Quéeeee? Yo no me lo creía y ella, menos. Me hizo otro tacto (¿¿¡¡es necesario??!!!). La comadrona empezó a dudar de si el bebé ya no estaba en posición de nalgas y se había girado y por un momento vi la luz… pero me hizo una ecografía y todo seguía igual: de culo y con prisa por salir.
Yo seguía encontrándome bien, pero ahora muerta de miedo, porque sabía que de allí iba a quirófano. Y me entraban todos los males solo de pensarlo. Vino la ginecóloga a hacerme otro tacto (¡!), me dijeron que me despidiera de mi marido (súper bajón) y me llevaron a quirófano. Allí había más gente que en Las Ramblas. Y hacía un frío espantoso. Yo estaba temblando, de miedo y de frío, pero anestesistas y enfermeras se portaron muy bien. Me intentaron calmar, me dijeron que me tranquilizara porque si estaba muy nerviosa sería peor, me hablaban en todo momento… Por el tiempo que transcurrió, sé que todo fue muy rápido pero a mí se me hizo eterno. En seguida me pusieron la anestesia raquídea y noté como las piernas se desvanecían y me tumbaron rápidamente. Me pusieron una sábana para no viera la operación y los brazos en cruz. La sensación era horrible, atada de manos, con vías por todos lados y con personal sanitario rodeándome. Una enfermera estaba solo pendiente de hablarme y que no pensara en nada (este gesto es realmente genial, creerme). Ella también era la encargada de informarme de cada paso. Aunque yo sabía perfectamente lo que hacían, porque lo notaba todo. La cesárea no duele porque hay anestesia, pero se nota todo (algunas amigas que se sometieron a una tras muchas horas de parto y epidural, no notaron nada, pero yo sí, y ya había leído que esto pasa). Fue muy desagradable. Sobre todo cuando intentaron sacar al bebé porque yo tenía la sensación que me estaban sacando el estómago… pensé que me iba a desmayar…Pero no lo hice. Y salió mi bebé. Y me lo enseñaron. Era precioso (esto no es solo amor de madre, es que me sorprendió lo bonito que era). Y en dos segundos se lo llevaron. De todo el proceso, esto es lo peor. ¿Por qué no pueden dejarme a mi bebé conmigo? ¿Por qué no puedo hacer el piel con piel con él? Estoy segura que los dolores posteriores ni los hubiera notado. Aún tuve que estar un buen rato en quirófano mientras me cosían, todo había ido genial, el bebé estaba perfecto, tenía unos pulmones de campeón y ya estaba con papi haciendo el piel con piel. Yo también estaba genial y mi útero estaba ya muy contraído, lo cual era muy buena señal. Ahora me tocaba estar un buen rato en reanimación.
Concretamente dos horas y pico. Se me hizo muy largo, sólo quería subir y estar con mi bebé. Sabía que las 3 primeras horas de vida son muy importantes para establecer contacto y empezar a darle el pecho, ya que luego caen en un sueño profundo… y me las iba a pasar ahí. En reanimación estaba sola, y la enfermera (Marta, nunca la olvidaré porque se portó genial) me dijo que me entendía perfectamente y que me iba a mandar a la habitación lo antes posible. En cuanto dejara de tener dolor. Bueno…eso estaba complicado porque me dolía todo. Además, tras la cesárea hay que realizar una maniobra de presión en el abdomen para comprobar que no hay hemorragia vaginal excesiva. Imaginaros lo que es que te presionen una zona que acaban de abrir en canal. Nunca había notado un dolor así, y di un grito que me salió de lo más profundo…fue horrible. Me caían las lágrimas…y me dijo que al irme me lo tenía que hacer de nuevo. Y así lo hizo. Fue espantoso. Le agarré la mano como pude para que no apretara y le debí dar tanta pena (y me estaba recuperando tan bien) que lo preparó todo para que el celador me subiera a planta). ¡Por fin!
A partir de ahí todo fue mucho mejor. Las 24 horas posteriores tuve muchos dolores pero yo pedía analgésicos sin parar; pensé, si me paso, ya me darán un toque – y me lo dieron y empezaron a espaciarme los calmantes -. Los inicios de la lactancia fueron complicados pero no iba a tirar la toalla tan fácilmente. Mi recuperación fue genial y al día siguiente me “obligaron” a levantarme y pegarme una ducha. La sensación de ponerte de pie tras la operación es muy rara y me maree un poco, toda la zona está muy flácida y es muy extraño. A los dos días yo me encontraba muy bien y al tercero (antes de lo previsto) me mandaron para casa. Prácticamente no sangraba (menos que una regla, desde el primer día). Por lo que se, tanto mi buena recuperación como mis escasas pérdidas de sangre se deben a que me puse de parto antes de la cesárea.
Creo, por lo que he hablado con otras mamis que han pasado por una cesárea, que mi recuperación fue muy muy buena, y eso no es tan habitual. Para que os hagáis una idea, al segundo día de estar en casa estaba pasando la mopa y al tercero dando buenos paseos. Tenía dolores al tumbarme e incorporarme de la cama, pero nada más. Cuidaba muy bien la herida lavándola bien y, sobre todo, secándola bien (con el secador), y luego la tapaba. Pero, como os digo, sé de mujeres que tras esta intervención han tardado semanas en dar un paseo corto. No es que yo sea super woman (de hecho soy una persona muy aprensiva y considero – o consideraba – que con poca tolerancia para el dolor. Creo, sencillamente, que esto va a personas y a como se recupere cada una.
Aun así, no tengo muy buen recuerdo de las primeras semanas en casa. Fue un postparto durillo, no entendía el comportamiento de algunas personas, me sentía contenta por el bebé pero mal por otras cosas…aunque tampoco fui plenamente consciente de ello hasta que pasé el puerperio. Pero creo que esto lo dejaremos para otra entrada.
Pues este fue mi parto, ¿y el vuestro cómo fue? ¿Alguna otra cesárea en la sala?
Bufff. Leyendo esta entrada se me ponen los pelos de punta. Primero por que practicamente fue lo mismo que me pasó a mi!!! Los mismos sentimientos, la VCE fallida, el ponerme de parto 2 semanas antes, el día que nació la caia la del pulpo, el miedo de la césarea, el no querer ese parto… taaaantas coincidencias que me han hecho revivir un momento durisimo.
En mi caso lo unico que dista del tuyo es que en la rea si estuve con mi hija y mi marido. Pero no sé engancho y perdi la mayor oportunidad de darle pecho.
Yo tambien me sentia bien de tenerla conmigo pero habian muchos comentarios y actitudes que me hacian sentir fatal. Mi recuperacion no fue muy mala… pero el dolor aunque si lo suelo aguantar bien, fue horrible. Me apretaron igual que a ti en la herida y desde entonces me es imposible tocarmela y no sentir repelus. Por ahi nacio mi hija pero… odio lo que representa. En fin, parecia que con otras palabras has contado mi historia. Aunque seguramente cada una la vivieramos de una manera muy diferente.
Un abrazo muy grande.
Pues veo que tuvimos experiencias muy parecidas, lo siento mucho. Yo tengo muy mal recuerdo… Sobre todo de la soledad en quirófano, no poder hacer piel con piel… Fue duro. Un beso y gracias x comentar!
Hola!
Yo no sé lo que es la cesárea. Pero planeó sobre mi cabeza durante unos días.
En la semana 37 el médico me dijo que la peque venía muy grande y que si esperaba hasta la 40 pesaría más de 4kilos y no quería esperar. Yo le pregunté si era necesario y me dijo que sí, porque si no podría hacerme mucho daño o derivar a algo peor. Así que hice de tripas corazón y me preparé para una cesárea. Pedí los papeles y los permisos al médico y al seguro médico y entonces me dieron fecha. El 2 de julio.
Todo lo he explicado en mi blog. A las 00.30 de la noche del 30 de junio me puse de parto y la peque venía al mundo por parto vaginal a las 3.01. Tuve suerte. Casi no hubo dolor, solo de espalda. Supe que estaba de parto, porque rompí aguas. En dos horas y media estaba con nosotros. Pero a mi también me separaron de ella dos horas. Dos larguísimas horas.
Tuve un desgarro importante y varios puntos tanto internos como externos. Me pusieron sonda durante 24 horas porque era incapaz de ir al baño y me animaron a levantarme pronto, pero casi no podía. Yo tardé casi una semana, sin el casi, en poderme poner de pie y dar una vuelta pequeña por el barrio con la peque en brazos.
Besos
Vaya tela tu parto también, Patri. La verdad es que escuchando ciertos postpartos, ya no sabes qué es mejor… Suerte que luego todo se “olvida” y pasamos página..Gracias por compartirlo! un beso
No sabes lo que me alegra leer tu comentario. Si mis posts sirven de algo, tener el blog ya vale la pena. La verdad es que intuía que el hecho de ponerme de parto algo tuve que ver en todo el proceso. soy consciente que hay mucho personal médico que no está de acuerdo con los protocolos actuales, esperemos que poco a poco vayan cambiando para que se tengan realmente en cuenta las necesidades de la mamá y el bebé. Muchas gracias por tus palabras, un abrazo.
Gracias por compartir tu historia. Soy enfermera en una reanimación y no hay día que no insista en la importancia del piel con piel de las madres y los bebés.
La exploración es indispensable las complicaciones inmediatas… es importante y para eso tenemos todo un Arsenal de fármacos para que no duela.
Hay algo que no se si sabes. Para un bebé no es lo mismo nacer x cesárea programada que haber iniciado dinámica. Habéis tenido la suerte de haberos puesto de parto/nacimento. Tú bebé estaba listo para nacer y todo ese dolor de las contracciones tuvo sentido. Se preparó! !! El procedimiento es tal cual…frío y ajeno…Ojalá un día quién decide los procedimientos piense en la asepsia, en la técnica y en las personas. Te doy mi palabra que somos muchos los que alzamos la voz para que así sea. Un abrazo
Yo también creo que tuve mucha suerte… fue una cesárea con una recuperación fantástica. Con lo duro que es el postparto en sí…si encima tienes una mala recuperación, apaga y vámonos. Ya me leí tu post un día… tela, tela. Gracias por comentar, bsos!
En mi caso, un parto y pospato malo: parto por inducción, parto vaginal con episotomía y separación de 4 horas de mi Rosquis sin nunguna justificación (lo explico en el blog Adoro ser mamá en post de “violencia en obstetricia”). A mí me fue muy mal el posparto, la verdad, sonda urinaria, muchos dolores…. A pesar de la cesárea, creo que tuviste suerte, me alegro que M hiciera piel con piel con su padre y que tu te recuperaras fenomenal. besitos!
Pues sí… esperemos que la cosa cambie (algunos hospitales sí que lo permiten) porque debería ser un momento muy bonito y el hecho de sentirte sola… pues lo entristece un poco. Aún así, considero que me trataron bastante bien (salvo alguna cosilla). La verdad es que las episotomías tela también… también va a personas pero no me gustaría nada pasar por una. Un beso guapa, gracias por comentar 😉
Vaya historia… No sé que decirte, yo he tenido 2 partos, y los dos vajinales, con episotomía. Cada uno fue diferente, pero sin complicaciones. Y la recuperación buena pero con molestias. Por todo lo que he leído y lo que me han contado, las cesáreas son frías. Supongo que si papá estuviera cerca la cosa cambiaría, y me sorprende que no dejen hacer el piel con piel, como bien dices, estoy segura que la recuperación de la mamá sería más rápida…es una pena. un beso