A veces nos referimos a los niños de dos y tres años con calificativos despectivos o denominamos a esa etapa como “los terribles 2, 3, ….”. Yo misma, hace unos días os hablaba de los terribles 3 años y os contaba que desde verano hemos atravesado por una época complicada con el peque, con muchas rabietas y enfados. Sí, los 3 años son difíciles por muchas cosas pero también son fantásticos. Y, para ser justa, tengo que decir que los grandes momentos superan a los malos. Porque a esta etapa también se la podría conocer como los maravillosos 3 años.
Un niño de 3 años es no parar de sorprenderte, reír y aprender. Ahora mismo nos encontramos en la etapa más divertida hasta el momento y más emocionante. Los maravillosos 3 años son, aunque moviditos, muy gratificantes por muchos motivos. Con 3 años, los niños son mágicos, están llenos de ilusión, curiosidad, ganas de aprender, de hacer cosas, de risas, de chispa…
Cada etapa tiene sus avances pero esta es sin duda para mí en la que más cambios hay. Cada día se nos presenta alguna novedad en su carácter, en su forma de expresarse o incluso en su mirada que nos hace ver las cosas de manera distinta. Es increíble cómo crecen y cómo maduran.
Todo es nuevo
Si hay algo característico de los maravillosos 3 años es la curiosidad. ¿Esto qué es? ¿Qué haces? ¿porqué pasa aquello? Todo lo pregunta, todo lo quiere saber, todo es nuevo. Y lo mejor es que nuestras explicaciones no caen en saco roto, si no que su pequeña cabecita lo comprende y memoriza y eso es fantástico. Y, seguramente, al día siguiente será él el que nos lo cuente con sus propias palabras y su verborrea.
Aunque puede llegar a ser agotador e incluso tentador decirle “¡no preguntes tanto!”, la realidad es que es genial que sientan curiosidad y no debemos cortar sus alas. Debemos fomentar que pregunten, que tengan inquietudes y curiosidad por todo aquello que les rodea.
Su propio idioma
Los niños tienen un idioma propio. Da igual si habla poco o si es muy parlanchín como el mío, ellos construyen el lenguaje a su manera y se expresan de una forma tan divertida…
Se inventan palabras, las pronuncian a su manera, confunden términos y frases hechas… Y si enciman son bilingües, la cosa es aún más divertida porque saltan de un idioma a otro, mezclando palabras y expresiones… Creo que esta es una de las partes más divertidas de los maravillosos 3 años.
Hacer cosas solito
Desde que son bien pequeñitos los niños quieren ser autónomos y hacer cosas solos. Con 3 años esto va en aumento y debemos aprovecharlo. Aunque nos va a llevar más tiempo que si lo hiciéramos nosotros, es muy divertido (además de muy positivo para ellos) ver como se intentan poner la camiseta, los calcetines, atarse los zapatos… Lo consigan o no, merece la pena el esfuerzo, no solo por lo graciosos que están con su particular torpeza, si no por el aprendizaje que ello implica.
La inventiva
Los maravillosos 3 años están llenos de imaginación. A esta edad suelen aparecer personajillos imaginarios, sacados de los cuentos, de los dibujos o simplemente de su cabecita que les acompañan en su día a día y en sus aventuras. Nosotros, sin ir más lejos, en casa tenemos un topo, un gato rojo y, como no, un lobo.
A mí me gusta fomentar esos momentos y me parto de risa cuando me grita: ¡cuidado, que hay un lobo en el sofá! Le sigo la corriente, me asusto y él también se parte de risa. Son momentos fantásticos.
Las mentirijillas
La imaginación de los niños a veces lleva al terreno de las mentirijillas. Sí, uso el diminutivo porque realmente son tonterías, pequeñas excusas que crean en su cabeza cuando no quieren hacer algo, como recursos para retrasar una tarea… A mí me hace especial gracia que llegue a esas conclusiones tan absurdas y, sobre todo, que lo diga con esa convicción.
“Hoy no podemos ir a comer fuera porque está lloviendo mucho, mira, mira” (un día que hacía un sol radiante); o “no me puedo vestir porque… es martes”, o “me tienes que poner un capítulo de dibujos porque me lo ha dicho mi hermana (que tiene 2 meses)”. En esos momentos (todos reales)… toca reírse sí o sí.
Magia
Si tuviera que usar una palabra para definir todo lo que conllevan los maravillosos 3 años sería sin duda la de magia. Una magia que, pese a los momentos complicados, nos hace sacar la mejor de nuestras sonrisas y ver las cosas desde su punto de vista, sin preocupaciones. Y esa magia e ilusión crece, sobre todo, en épocas como la Navidad. Así que ya sabéis, si tenéis un peque de 3 años, recordad que también son maravillosos, que pasan pronto y toca disfrutar.