La envidia de las madres

Ayer se lió muy parda en el Congreso de los Diputados. Comentarios, corrillos, los medios de comunicación no daban crédito, las redes sociales ardían…¿El motivo? Una madre, Carolina Bescansa (diputada de Podemos) se llevó a su bebé de seis meses al hemiciclo y, para más inri, le dio el pecho allí mismo.

Como os decía, este gesto fue la noticia del día y en seguida salieron de debajo de las piedras defensores y detractores que pusieron a caldo a Carolina. Fuese lo que fuese que hubiera hecho la diputada con su hijo, bravo por ella. Para eso es su madre. Ella decide.

Los opinólogos de este país se echaron las manos a la cabeza y entre los múltiples comentarios en contra de este gesto que ayer pude leer, los que más risión me causaron fueron los de: que el padre se podría haber quedado con el niño; que existe una guardería en el Congreso; es simplemente postureo y, mi favorito, no todos los padres y madres pueden disfrutar de ese privilegio, así que no es correcto que ella lo haga.

Carolina Bescansa es madre soltera de dos hijos. Con lo cual, difícilmente, el pequeño de sus retoños se podría haber quedado con el padre. Pero aunque no lo fuera, su bebé se alimenta de lactancia materna. Dijo ayer Carme Chacón (PSC) que ella también daba el pecho a su bebé a demanda y si cada tres hora había que hacer un parón en el Congreso, se hacía. Señora Chacón…los bebés que maman a demanda no lo hacen cada tres horas. Pueden hacerlo a veces, pero como su propio nombre indica, a demanda significa sin horarios, cuando el bebé lo reclame. Así que esto no encaja con lo de “cada tres horas”. Las que hemos amamantado un bebé a demanda sabemos que frecuentemente las tomas son muy, muy seguidas, quizá cada 10 minutos o 20.

A los y las que les parece una excusa lo de la LM, les diré que no tienen mucha idea de qué va el tema. Y nada más.

Es cierto que existe una guardería en el Congreso. Se ha hablado mucho de este tema: que si es gratuita, que se cuesta una pasta, que si no hizo la inscripción del bebé en su día porque entonces no era diputada… Bla, bla, bla. Como si es el mismisimo paraíso de las guarderías, la cuestión es que ella no lo quiso llevar. Llevar a los hijos a las guarderías es una opción, no una obligación.

Es postureo, dicen muchos. Puede serlo, o puede que no. Y, sinceramente, me da igual. Si lo fuera, es una reivindicación de muchas y debería serlo de más mujeres madres en este país. Ya está bien de Susanas Díaz que hacen bajas maternales de mes y pico, y de Sorayas Saez de Santamarías, quién renunció al permiso obligatorio de seis semanas tras el parto y se incorporó al trabajo a los diez días de parir. En mi opinión, estos gestos ayudan muy poco a cambiar el vergonzoso sistema actual de permisos por maternidad y paternidad.

Y, por último, como os decía, mi argumento favorito: la mayoría de madres y padres no pueden llevarse a sus hijos al trabajo, y por lo tanto, no está bien que ella lo haga. Eso en mi pueblo es envidia cochina. LAMENTABLEMENTE muchos padres no pueden llevarse a sus hijos al trabajo. No digo que sea la solución (yo estoy escribiendo este post con mi hijo trepando por el sofá y las sillas y no es fácil). Pero, a veces, sí es posible.

Estoy de acuerdo que eso no es concicliar, pero se trata de un gesto, una reivindicación de muchas madres que ven como tras 16 míseras semanas tienen que volver al trabajo; o de muchas otras que deciden sacrificar su carrera laboral porque quieren, desean y necesitan estar con sus hijos.

Acabaré este post diciendo que, en cualquier caso, hagáis lo que hagáis, como Carolina, vais a ser criticadas, amigas madres. ¿Os imagináis que hubiera pasado si ella misma hubiera dejado, por necesidad o no, a su bebé de dos meses en esa guardería? Y no sólo en este ámbito. Fue también muy comentado el hecho de que amamantará a su hijo en el hemiciclo. ¿Y si le hubiera dado un biberón?

Soy madre desde hace casi 16 meses (y tengo muchas amigas madres) y recibo críticas a diario por cosas absurdas. Por desgracia, las mujeres madres criticamos (sí, en algún momento u otro, lo hacemos) a quién precisamente más deberíamos apoyar, porque sabemos que cualquier decisión es difícil. No nos gustan que nos juzguen por lo que hacemos o cómo lo hacemos, no nos gusta (¡no me gusta!) que me digan que cojo mucho a mi hijo en brazos, o que es mayor para tomar pecho. Supongo que a la que da biberón tampoco le gusta que la señalen con el dedo.

Creo que deberíamos, sinceramente, pararnos a pensar en esas criticas y dejar de tener envidia de otras madres.

 

2 comentarios en “La envidia de las madres

  1. Maternitis dijo:

    Es incomprensible lo que están diciendo de esta mujer…y, como bien dices, son otras madres las que la ponen verde! Que sea una opción no quiere decir que sea una obligación! Si ud. no pudiera y no quisiera llevar a su hijo al currele, con lo hacerlo es suficiente… Ojalá haya un cambio en el tema de la conciliación, solo nosotras podemos hacerlo posible. Un beso y muchas gracias por tu comentario 😉

  2. almademami dijo:

    Estamos de acuerdo!! Yo no entiendo a qué viene tanto revuelo. Más me indignó a mí lo del Candy Crush de la Villalobos que eso sí es para indignarse y no que a una señora le dé por llevar a su bebé al trabajo. Que no está haciendo daño a nadie ni faltando al respeto, vamos!! Coincido contigo en que hagamos lo que hagamo se nos va a criticar y, lo peor de todo, es que son mujeres /madres como nosotras las que más machacan y no lo entiendo. Una pena que el respeto y el vive y deja vivir no se lo apliquen muchas. A ver si hay suerte y poquito a poco vamos cambiando!! 🙂

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