Existen muchas clasificaciones para los juguetes: por edades, por categoría, por pedagogía… Y también existen criterios más sostenibles y conscientes. Es el caso de los juguetes de proximidad, una tipología bajo la que podemos encontrar juguetes muy variados pero todos bajo una filosofía común: apostar por un producto más próximo en cuyo proceso de fabricación y comercialización han intervenido los profesionales del territorio.

Juguetes de proximidad: la idea

El concepto de juguete de proximidad es algo que a priori nos puede chocar. Estamos acostumbrados a oírlo para referirnos a comercios o a productos de alimentación, ropa… Pero ¿en juguetes? Pues también es una realidad.

Así lo ha puesto de manifiesto Jugaia, una tienda online de juguetes que desde sus orígenes ha apostado por el compromiso. Compromiso con los juguetes que ofrece, educativos y respetuosos con el desarrollo de los niños y niñas; con el medio ambiente, trabajando por la reducción del impacto medio ambiental de su actividad y utilizando embalajes reciclados; y  con la comunidad.

De esta concienciación nace la idea de aunar bajo un mismo paraguas aquellos juguetes Km 0 o juguetes de proximidad, es decir, todos aquellos creados por pequeños y medianos fabricantes  con materiales cercanos y en la comunidad más próxima, sacando así el máximo rendimiento de las habilidades de los carpinteros, diseñadores, comerciales, gestores y proveedores de distintos servicios (como la limpieza, el almacenamiento, el transporte…).

De esta manera, la fabricación y venta de sus juguetes tiene un impacto económico y social muy positivo para esa misma comunidad ya que repercute directamente en ellos.

¿Por qué apostar por juguetes de proximidad?

Vivimos en una sociedad excesivamente consumista. Tenemos interiorizado que necesitamos muchas cosas (¡cuántas más, mejor) y debemos conseguirlas inmediatamente y al menor precio posible (¡para poder seguir comprando más cosas, claro!). Sucede con la ropa, el calzado, la decoración de casa… y también con los juguetes.

No sé cómo hemos llegado a este punto pero lo que sí sé, es que este mensaje se lo transmitimos continuamente a nuestros hijos. Y, de vez en cuando, está bien que alguien nos recuerde que quizá este consumismo es excesivo y contraproducente para ellos, para nosotros y para la sociedad.

Por eso, uno de los principales motivos por los que apostar por este tipo de juguetes de proximidad es el de concienciar a nuestros hijos sobre el impacto que tienen nuestras acciones y el beneficio que representa comprar en el pequeño comercio, fomentar el desarrollo económico de los pequeños productores o elegir productos de proximidad.

Favorecer el desarrollo económico local tiene también un menor impacto medioambiental, un aspecto fundamental en estos tiempos y que a menudo olvidamos al hacer nuestras compras.

Juguetes de proximidad para todas las edades

Jugaia ofrece juguetes de proximidad para todas las edades, siguiendo siempre la línea de juguetes de máxima calidad, educativos, abiertos, igualitarios y poco dirigidos para que los niños se diviertan, aprendan y sean los auténticos protagonistas del juego.

Para los bebés de casa, sonajeros y materiales manipulativos (elementos de madera, sus primeros apilables y juegos de construcción, pelotas Pilker y Montessori, botellas sensoriales…) para que descubran, poco a poco, su cuerpo y el entorno; así como juguetes para favorecer su desarrollo psicomotriz: gimnasios, rampas y estructuras diversas para fomentar el movimiento libre y autónomo de los pequeños.

Unos juguetes de proximidad que son evolutivos y que son también interesantes para niños mayores. A partir del año de edad y hasta que los peques deseen, entra en escena el juego simbólico, para recrear escenarios  y situaciones diversas y fomentar su imaginación; los juguetes de clasificación y construcción; y juguetes de arrastre, entre muchos otros.

A partir de los 3 años, los juguetes de proximidad mencionados evolucionan en cuanto a complejidad y entran en juego también aquellos que permiten desarrollar la lectoescritura, las habilidades numéricas y las matemáticas, las construcciones de mayor envergadura, los primeros juegos de mesa, los instrumentos musicales, juegos tradicionales, etc.

Desde este momento, los juguetes y juegos se basan en el mismo concepto (juego simbólico, construcciones, aire libre, instrumental, etc.) pero la dificultad aumenta para poder presentar a los niños nuevos retos y proporcionarles herramientas que desarrollen ideas más complejas a llevar a cabo.

Juegos de mesa de proximidad

Como fanáticos incondicionales de los juegos de mesa, hemos quedado rendidos ante estos dos juegos de mesa de proximidad del catálogo de Jugaia: Cluck, cluck! The Fox! y Where’s the cheese?

Los dos juegos son de la marca Londji y han sido diseñados y fabricados en Barcelona. Además de por su originalidad, me han sorprendido por sus materiales, muy robustos y de gran calidad. Están fabricados en cartón reciclado y papel y el diseño… bien, podéis verlo vosotros mismos: es precioso. Ilustraciones cuidadas y muy detallistas, con unos colores que enamoran.

Cluck, cluck! The Fox!

Este juego cooperativo, donde todos los jugadores tienen la misma meta y no compiten entre sí, está recomendado para niños de 4 a 8 años.

Consiste en ayudar al granjero, quien, con nuestra ayuda, debe recoger los huevos de la gallina antes de que el zorro se los coma.

Where’s the cheese?

Es un juego de rapidez y observación para niños entre 4 y 12 años (me encanta que tenga tanto recorrido) de una temática que ya sabéis que en casa nos encanta: la cocina.

Hasta 6 cocineros deberán buscar los ingredientes y utensilios que necesitan en sus cocinas. ¿Quién será el más rápido en llenar la despensa?

Estos dos juegos de mesa son solo algunas de las propuestas de Jugaia por unos regalos que dejen huella, dando valor a los juguetes de proximidad fabricados con cariño y mimo por la comunidad más cercana. Os animo a visitar su web para buscar otros tesoros para vuestros peques. Esta semana, además, es la Green Week y los juguetes plantan árboles.