Jugar no es (o no debería ser) simplemente pasar el rato y entretener a los niños, sin más. El juego es la fórmula por excelencia de aprendizaje, sobre todo en edades tempranas, en las que cualquier estímulo les supone una nueva experiencia y conocimiento. Para nosotros es muy importante que el peque juegue con juguetes educativos y de calidad y no pase el rato simplemente pulsando botones de un cachivache como si de un robot se tratara. Es por eso que el post de hoy me gusta especialmente, ya que, gracias a la gentileza de Kibi Toys, hemos podido probar un juguete sensorial fantástico: el Kibi Memory Sonidos.
En realidad se trata del primer juego educativo de este tipo que cae en nuestras manos. Tenemos juguetes de todo tipo, pero hasta ahora no había tenido ocasión de realizar una actividad sensorial con el peque. El objeto del juguete educativo sensorial KibiToys Memory Sonidos es aprender y descubrir algunos sonidos a través de distintas actividades. Pero además, se trabajan distintas habilidades como la psicomotricidad fina, la destreza y coordinación de movimientos, la lógica o la deducción.
Se trata de un juego muy sencillo de utilizar, pero muy completo, original y versátil. Y es por ello que fue galardonado en los Premios Crea del Instituto Ideas en 2014 y en los Premios Consejo Social, Cátedra de Cultura Directiva y Empresarial en 2015.
¿En qué consiste?
El juego está formado por un panel de madera y diez cubiletes con 5 materiales distintos en su interior (dos cubiletes de cada): piedras, agua, arena, campanillas y cascabeles. En panel incluye estos nombres y una imagen de cada uno de ellos. La edad recomendada, es decir, aquella en la que los niños le van a sacar más partido, es de 3 a 6 años. Pero según nuestra experiencia, creo que a partir de los 12 meses los peques ya pueden jugar con él y experimentar.
El juego está fabricado con madera de haya. A nosotros nos gustan mucho este tipo de juguetes, fabricados con materiales naturales, porque son mucho más agradables y resistentes que el plástico y, por lo tanto, más duraderos. Los colores también suelen ser más armoniosos y no tan “chillones”.
¿Cómo se juega?
Este es uno de los motivos por los que me gusta tanto el Memory Sonidos. No hay una única forma de jugar. En la caja hay una guía con distintas propuestas para empezar pero serán los propios niños o sus padres los que encontrarán nuevas fórmulas e ideas para divertirse aprendiendo.
En nuestro caso, con un trasto de 15 meses, la primera toma de contacto fue sacar los cubiletes de su hueco y volver a colocarlos. M. ahora está en una etapa en la que le gusta mucho jugar con encajables y puzles sencillos, por lo que imaginaba que su idea inicial sería esta. Después, le enseñé que cada cubito hace un sonido, agitándolo primero cerca de mi oído y después en el suyo. Entonces se olvidó un poco de ordenarlos y desordenarlos y fue cogiendo una a una las piezas, agitándolas bien fuerte cerca de su oído. Por su corta edad, algunos sonidos creo que no los diferenció bien (como el del agua) pero rio mucho al escuchar el golpeteo de las piedras; y se sorprendió con la sutileza de la arena; o el clin-clin de las campanas.
Este meneo de cubiletes duró un buen rato, cosa que no me esperaba, ya que para ser un juguete para más mayores, se entretuvo bastante. Como el peque habla hasta por los codos y todo lo repite, otro día jugamos a mover los cubiletes e ir repitiendo cada palabra (en catalán y en castellano): aigua/agua; sorra /arena; pedres/piedras; campanes /campanas; cascavell/cascabel y él las iba repitiendo (unas con más acierto que otras). Por último, y como no podía ser de otra forma, el lanzamiento de piezas al grito de “cauuu” (cae) era casi obligatorio, ya que es su pasatiempo favorito.
Los niños más mayores tienen muchísimas más posibilidades para jugar y aprender: escuchar los sonidos y buscar su pareja, aprendiendo los conceptos gracias a las imágenes del tablero; mezclar todas las piezas y tratar de emparejar los cubiletes; relacionar cada sonido con su nombre e imagen; buscar sonidos similares en el entorno; colocar las piezas fuera del tablero e intentar memorizar su posición… A todos estos juegos, además, se les puede añadir el reto de medir el tiempo en el que se resuelven, gracias al reloj de arena que incluye. Como os decía, las posibilidades son infinitas. Se me ocurre que, como es un juego que ocupa poco espacio, también se puede llevar fuera de casa (o traer esos materiales a casa) para que los niños los toquen y vean de primera mano, más allá de la imagen o su sonido.
Como veis, el Memory Sonidos permite al niño jugar solo pero también con otros niños o con los padres, abuelos, cuidadores…
¿Quién hay detrás de Kibi Toys?
Kibi Toys es una joven y pequeña empresa valenciana que desarrolla juguetes educativos de calidad y alto valor pedagógico. Entre sus compromisos se encuentra el ofrecer al cliente un gran servicio antes, durante y después de la compra. Recalco esto porque lo he podido comprobar por mí misma, ya que Maya, cofundadora y responsable del departamento de márketing, ha demostrado ser un encanto y estar dispuesta a ayudarme por si tenía dudas. Además del Memory Sonidos, tienen otras propuestas de juegos sensoriales muy chulas: el memory texturas, el memory aromas y el memory gradientes. Todas ellas las podéis adquirir en su página web por 49 euros. La verdad es que es la relación calidad-precio es muy buena, ya que el juguete está diseñado y fabricado íntegramente en España (menos mal, porque estoy cansada ya del Made In China) con materiales de gran calidad.
Además, encontraréis a Kibi Toys en las redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram y Youtube: dónde podréis acceder a interesantes vídeos para sacarle el máximo partido a sus juguetes sensoriales.
En resumen:
Lo que más me ha gustado:
- La originalidad a la vez que sencillez del juguete
- Es muy intuitivo
- Su versatilidad y las múltiples opciones de juego que permite
- La calidad de sus materiales
- Permite el juego individual o colectivo
- Fabricación Española
- Favorece el pequeño comercio. No tengo nada en contra de las grandes multinacionales, pero no debemos olvidar al pequeño empresario.
Lo que menos me ha gustado:
- No haberle sacado todo el partido que tiene el producto por la corta edad del peque. Pero esto tiene fácil solución, solo hay que esperar que crezca un poco.
- No haber podido probar antes el juguete, ya que sus otras propuestas similares hubieran ido de cabeza a la carta de los Reyes Magos.
¿Qué tal vuestra experiencia con los juguetes sensoriales? ¿Les gustan a vuestros hij@s?
Que chulooooo! No los conocía!
😀 Justamente anoche KiBi Toys recibió otro premio:
1º Premio Empresa Talento Joven, de Levante y Bankia 2015
http://www.levante-emv.com/economia/2016/01/20/talento-joven-fabricado-valencia/1368026.html
Lo vi, lo vi!!! Me alegro un montón porque os lo merecéis, vuestros productos son magníficos. Un abrazo y gracias por pasarte por el blog 😉