Entrevista a Andrea Lorente, asesora de lactancia en Mare a Mare

“Dar o no el pecho no es una decisión de familia, es una decisión de la madre”

Andrea_lorente

Lo prometido es deuda. Antes de las fiestas os prometí una nueva sección en el blog: las entrevistas. Pues la primera es esta, y he querido que sea sobre la lactancia materna con Andrea, una vieja amiga que es asesora de lactancia.

Andrea y yo nos conocemos desde hace la tira, desde que trabajamos juntas durante unos meses. Por aquel entonces nuestras vidas eran bastantes diferentes: más jóvenes y sin hijos. Y ahora, casi una década después, nuestras respectivas maternidades nos han vuelto a acercar. Ella, con mucha más experiencia que yo ya que es mamá de una niña y un niño (Abril, de 7 años, y Leo, de 3 y medio). Andrea es licenciada en Ciencias Ambientales y profesora de secundaria. Además, compagina la enseñanza con el trabajo de asesora en lactancia materna en Mare a Mare, tema del que hoy vamos a hablar.

Andrea, en primer lugar, háblanos de tu trabajo como asesora de lactancia. ¿En qué consiste?

Por una parte, formo parte del grupo de asesoras de lactancia Do de Pit, el grupo de apoyo a la lactancia madre a madre que hay en la ciudad de Tarragona. Por otra parte, hago un servicio particular de visitas a domicilio. Mientras que mi trabajo en Do de Pit es totalmente altruista, Mare a Mare ¡tiene ánimo de lucro! Lo que ofrezco es la comodidad de tener una asesora para una misma sin tener que desplazarte de tu domicilio cuando la necesitas. Desde el grupo había detectado la necesidad de algunas madres de ser atendidas en otros horarios (si tienes la subida de la leche un sábado y tu hijo no se engancha, no puedes esperarte hasta la reunión del viernes) o en otros municipios que no tienen grupos de apoyo. También hay madres que no se sienten cómodas en las dinámicas de grupo y prefieren ser atendidas personalmente.

Ello me animó a montar Mare a Mare. Básicamente, cuando me llama una madre y no puedo resolver la duda por teléfono (las consultas telefónicas no las cobro) aclaro en qué consiste el servicio y la tarifa y quedamos, normalmente en el domicilio de la madre. Una vez en casa, valoro la toma y doy toda aquella información que la madre pueda necesitar. No soy sanitaria por lo que no puedo recetar medicamentos ni puedo valorar el estado de salud del bebé y de la mamá. Las visitan suelen durar una hora u hora y media, dependiendo del caso. A partir de allí, si la madre lo necesita, hago un seguimiento por teléfono o WhatsApp.

Lo más común son bebés recién nacidos de madres primerizas o madres cuya primera lactancia fracasó. Valoro tomas, corrijo postura si es necesario, valoro si hay frenillo o retrognatia, miro si hay síntomas de mastitis… En estos dos últimos casos derivo a sanitario.

Antes de ser madre, tú no te dedicabas a la asesoría. ¿A qué se debe este cambio?

Bueno, hasta que no tienes un bebé en brazos no sueles aterrizar en el mundo de la lactancia. Para mí, como madre, Do de Pit fue una fuente constante de apoyo emocional e información. La maternidad saca lo mejor y lo peor de ti, y tener un grupo de apoyo realmente facilita mucho las cosas, tanto a nivel práctico como emocional. Cuando mi hija mayor empezó a ser más grande y vi que mi experiencia podía ser de ayuda a otras madres, me animé a hacer el curso de formación de asesora y a seguir en el grupo, pero ya no como madre sino como asesora.

¿Cómo fue tu experiencia con la lactancia materna de tus dos hijos?

Muy buena, la verdad es que no me puedo quejar. Abril mamó hasta los 4 años y 4 meses y Leo todavía está en ello. Durante un año hice lactancia en tándem, que es durillo, pero como ya lo sabía, no me espantó.  Por el resto, ni una mastitis, ni una grieta, ya digo, ¡una afortunada informada!

¿Cuáles son las dudas más habituales de las madres que quieren dar el pecho?

Por desgracia, siguen abundando los mitos: no tener leche, no poder compatibilizar con el trabajo, tener los pezones planos, que con el biberón se crían igual o mejor, no sé si voy a poder…

Estas leyendas pasan de generación en generación… ¿Cómo erradicarlas?

Por desgracia sí que pasan de generación en generación y la imagen irreal de la maternidad que ofrecen los medios de comunicación y la sociedad no ayudan en absoluto. Para erradicarlas, lo mejor es información y normalización en todos los ámbitos; desde noticias sobre lactancia en los medios, a mayor presencia de la lactancia materna en los libros de texto y cuentos infantiles, mejor formación de todos las sanitarios (aunque aquí están mejorando a pasos agigantados)…

¿Qué consejos básicos les darías a las mamás que optan por la lactancia materna?

Información y apoyo. No hace falta tener un máster en lactancia para dar el pecho, sólo necesitas una persona, una web o un número de teléfono donde sepas que puedes conseguir información de calidad y apoyo.

La familia y el entorno más inmediato juegan un papel fundamental en el correcto desarrollo de la lactancia. ¿Qué consejos les darías a ellos?

Respeto y paciencia. Dar o no dar el pecho no es una decisión de familia, es una decisión de la madre. Tan mal me sabe que una madre deje el pecho por presión social, que una que lo dé obligada. Así que hay que respetar y acompañar la decisión de la madre, sea la que sea. Y la paciencia es necesaria porque el postparto es una montaña rusa hormonal que nos transforma en una especie de gremlin alérgico a las suegras que nos pone en situaciones familiares complejas.

Parece que hay una guerra entre mujeres que amamantan y las que optan por el biberón. ¿Qué opinión tienes sobre este tema?

No soportamos el fracaso social y todas (y quiero decir TODAS) en algún momento de nuestra maternidad nos sentimos unas fracasadas. Y como no toleramos esa sensación, a veces tenemos la necesidad de hacer valer nuestras decisión para así intentar disminuir la sensación de fracaso o de culpabilidad. Esto vale, para la lactancia, el colecho, el tipo de crianza y cualquier otra cosa que hayamos decidido con respecto a nuestro hijos.

Tenemos impuesto un modelo imposible de cumplir. Tenemos que ser buenas madres, esposas, trabajadoras, amas de casa, amigas, hijas, nueras, agentes sociales… Y no se puede ser todo a la vez, lo normal es que los primeros meses no tengas tiempo ni para ir al baño y ducharte se convierta en un lujo, así que lo normal y esperable es que no tengamos las canas teñidas ni la manicura hecha, nuestra casa esté hecha un desastre, se nos olviden los cumpleaños…

Creo que la solución pasa por una maduración personal y social en la que entendamos que hay muchas maneras de hacer bien las cosas y en la que no seamos tan individualistas.