Si me dieran un euro por cada vez que oigo una excusa para para comer mal… sería la nueva Amancia Ortega. La pregunta que me hago siempre es ¿lo dirán en serio o simplemente se engañan a si mismos? O quizá es pura ignorancia, de no saber lo que realmente se están llevando a la boca (ellos y sus hijos). Sea como sea, esas excusas para comer mal me producen risión, ya que se trata de argumentos poco sostenibles y bastante absurdos.
Por un día no pasa nada. Esta es mi frase favorita de la gente que lleva una alimentación poco saludable (para sí y para sus hijos). Es verdad que por comer productos poco saludables muy de vez en cuando no pasa nada. Pero ¿qué significa “un día” para algunas personas? Porque, claro, si a la bollería de por la mañana, sumamos los donetes del recreo, el helado de postre y los gusanitos a media tarde…y eso de lunes a viernes (porque los fines de semana aún puede ser peor) pues resulta que nuestros hijos comen mal cada día.
Estoy o el peque está delgado, ergo, podemos abusar de ese tipo de productos. Estar delgado no es sinónimo de gozar de buena salud (se puede estar como un palillo y tener el colesterol por las nubes). En el caso de los niños, además, puede ser que ahora esten delgados pero en plena adolescencia quizá nos encontremos con un problema de obesidad. Por cierto, ese tipo de productos, además de obesidad, van asociados a caries y problemas circulatorios, entre otros.
Come come muy mal en general, al menos que coma algo. Perdonadme, pero es ridículo. Precisamente si un niño “come muy mal” (que normalmente se traduce en que es un niño poco comilón o de poco apetito) será mejor llenar su estómago con comida sana y no con comida basura, no? Si al mediodía no se ha comido el plato de lentejas pero por la tarde le ofrecemos chucherías, es normal que por la noche tampoco se coma la cena. ¿Qué hacer? Pues ofrecer comida sana (fruta, verduras, cereales – no azucarados- y que coma lo que quiera.
Como come genial, le premiamos con helados/patatas/comida basura. Ese es mi caso. Mi peque come mucho y de todo, así que más de una vez me han hecho ese comentario… Pues creo que una cosa no tiene que ver con la otra. A veces sí que come alguna cosilla como excepción (normalmente es alguna galleta o algún helado que ha probado este verano…para que os hagáis una idea), pero por norma general, ese tipo de productos no los consume.
Mi hij@ come muy sano (y siempre van mascando porquerías). A ver, os estáis engañando a vosotros mismos. Sé que a veces es difícil separar el grano de la paja, pero me dan verdaderos ataques de risa cuando en el día a día o en las redes sociales veo a gente que de cara a la galería despotrica de ese tipo de productos (si los consumis voluntariamente es vuestra elección…) y luego se pirran por ser embajadora de tal marca o aquella otra (ninguna sana, ya os lo digo ahora) o madres que critican a otras por dar chocolate a sus hijos que se inflan cada día de dulces y snacks. Un poquito de sentido común, ¿no?
Le estás quitando la infancia. Eh… ¿cómo? Si amig@s, hay gente que cree que comer chuches y dulces es sinónimo de ser más feliz. Se puede ser plenamente feliz sin ese tipo de cosas. Si no lo veis así, tenéis un serio problema.
Y vosotros, ¿qué tal coméis?
XDDDD Esa es mi excusa favorita… ¿qué tendrá que ver? qué triste que lo que le dé felicidad a un niño tenga que ser comer guarrerías y no otras cosas como jugar, pasar tiempo con sus padres… Cuando la gente dice eso pienso que tienen una vida muy simple!
jeje. Me encanta lo de le estais quitando la infancia. Por aqui se lleva mucho lo de “le está reventando la yé” jejeje. Vamos que pone cara de que quiere pero no me preguntes más….