¿Qué hacer cuando los niños no comen?

Mi hijo ya no come de todo. ¿Os acordáis que siempre os decía que comía de todo, sin excepción? Bien, pues ya no. Desde hace unos meses, M. ha empezado a volverse un poco tiquismiquis en la mesa y ha empezado a rechazar algunos alimentos. Su actitud no me sorprende (aunque me da mucha rabia porque comía muy bien) y me hace pensar en aquellos padres preocupados porque sus hijos no comen (o no comen como ellos quisieran). Hoy voy a daros algunas ideas sobre qué hacer cuando los niños no comen.

Que los niños tengan sus preferencias (y manías) a la hora de comer es algo normal. Algunos muestran ese comportamiento antes y otros después, pero es habitual que en algún momento u otro diga: eso no me gusta. ¿Qué pasa entonces? ¿Cómo debemos actuar y qué podemos hacer cuando los niños no comen esos alimentos que les ofrecemos? Bien, os diré lo que hago yo. Pero tened en cuenta que no es una fórmula magistral (a veces funciona y a veces no)y se basa en el sentido común (el mío, al menos).

No obligar

Esta es la base de la alimentación respetuosa en casa. No obligamos a comer. Le ofrecemos la comida en su plato y le dejamos que coma a su ritmo. Algunas noches, si está cansado, le ayudamos a comer. Y cuando no quiere más, se acabó. Él marca las cantidades en función de su apetito.

Excepciones: Quiero matizar que en algunas ocasiones insisto (que no obligo) a que coma. ¿Cuándo? Cuando sé que quiere dejar de comer por algún otro motivo que no es su saciedad. Por ejemplo, a veces quiere bajarse de la trona para ver la tele, antes de terminar el plato. En ese caso le digo que coma un poco más, que la tele la pondremos más tarde (para que vea que aunque baje no la verá todavía, etc.).

La importancia de probar

Los niños pueden rechazar comer algo porque saben (o creen) que no les gusta su sabor o porque no les entra por la vista. Si es algo que no ha comido nunca, intento que lo pruebe. ¿Cómo? Se lo ofrezco de manera natural (se lo pongo en el plato) y yo como lo mismo con naturalidad (sin empezar a flipar y a decir que aquello es el mejor manjar de los dioses ni a exagerar).

Si lo prueba, pueden pasar dos cosas. Que le guste y se lo coma o que no le guste. Si no le gusta, le digo que lo deje a un lado que no pasa nada. Y terminamos de comer sin más. En futuras ocasiones, intento que lo vuelva a probar de nuevo (a ser posible con otra preparación distinta porque los niños tienen memoria fotográfica y si vuelve a ver ese alimento ahí, tal cuál, se acordará de que no le gustó y directamente ni lo probará).

Parece una tontería pero muchas veces los niños rechazan alimentos por desconocimiento. M. ha probado muchas veces cosas que le han acabado gustando. Del mismo modo, no seáis reacios a ofrecer platos nuevos. Si nunca ha comido lentejas no le hagáis unos macarrones “por si no le gustan”. Arriesgaros y que prueben.

Si ese plato es plato único (y no un acompañamiento) suelo tener un plan B por si realmente no le gusta y no se quede sin comer. Y eso nos lleva al siguiente punto.

¿Le doy otra cosa?

Yo no suelo ofrecerle por norma general otra cosa si no come.  Normalmente durante la comida o la cena hago dos platos o bien un plato único variado. Por lo que, si no se come (por ejemplo) la tortilla, tiene más alimentos que comer. Y si no se come el primero, se come el segundo. Solo tengo una segunda opción, como os decía, si es algo nuevo que puede no gustarle.

Darle SIEMPRE otra cosa si no se come lo que le ofrecemos, sí que tiene el riesgo de convertirse en un hábito, sobre todo si la segunda opción siempre es lo que más le gusta. “Si no me como el puré no pasa nada, me traerán macarrones”. Esa idea no me convence, por lo que le dejo comer lo que quiera de lo que le ofrezco (que intento que sea lo más sano posible) y no le doy mayor importancia. Cuando tengo varias cosas para comer (por ejemplo, cuando tengo algo que sobró del mediodía + lo que he acabo de cocinar), le dejo que elija o bien le pongo un poco de cada cosa y que coma lo que le apetezca.

Qué hacer si nunca come un alimento

Hay niños que se niegan en banda a comer un alimento en concreto o un grupo de alimentos. La fruta, las verduras, el pescado… ¿Os suena, no? Ese rechazo puede ser porque realmente no les gusta (a mí no me gustan las acelgas, y no pasa nada) o porque le han cogido manía.

Mi hijo desde hace algún tiempo no soporta las zanahorias. Es una novedad, porque hasta ahora se las comía sin rechistar. Pero ahora no le gustan. Si hay una mini-partícula de zanahoria en la boca, la detectará.

Pero no por eso, le he dejado de ofrecer zanahoria. Sé que no se la va a comer, pero yo, si cocino algo que le pongo zanahoria, se la dejo. Y va a su plato. Y él nada más verla me dice: “eso no me gusta. Quítamelo”.  Pero yo se lo dejo. Le digo que si no le gusta no se la coma, que la aparte. Y yo me la como con naturalidad. Mi esperanza es que algún día se le olvidé esa manía y vuelva a comérsela, por eso se la sigo ofreciendo.

“Abro aquí un paréntesis gigante para editar este post que llevaba algunos días en la nevera para contaros cómo tenemos el tema de las zanahorias. Hace unos días os contaba por redes sociales que puse arroz con verduras para comer y mi hijo fue cogiendo las zanahorias y las colocó alrededor del plato. Me dijo que eso no lo quería. A mitad de la comida fui a la cocina a por agua y al volver estaba chupando un trozo de zanahoria. No sabía si comérmelo a besos o no decir nada (cualquiera rompe la magia ante un momento así). Se metió ese trozo en la boca… y los restantes. Al final se dio cuenta que lo miraba y me dijo: es que está muy rica, mama!.. No sé si seguirá comiendo zanahorias, o si volverá a decirme que no, pero solo por el hecho de que las haya probado (y comido), merece la pena tener paciencia”

Si lo que rechaza es un grupo de alimentos (las verduras en general o las frutas) la cosa es más complicada. Pero no es imposible. Una forma que coman verduras es ofrecérselas en su plato favorito. Por ejemplo, en vez de darle verduras acompañando a un trozo de pollo (se comería en pollo y no las verduras), se las podéis ofrecer con unos macarrones gratinados con bechamel y queso, en una tortilla, con una lasaña ….). No se trata de esconderlas, si no de hacerlas más atractivas.

Estas son las pautas que yo sigo en la mesa cuando el mayor no quiere comer algún alimento. Es lo que a nosotros nos suele funcionar (aunque no siempre). ¿Cuáles son vuestros trucos cuando los niños no comen? ¿Qué alimentos se niegan a probar?

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