Con la teta fuera. Este sería un buen resumen de mi vida en los últimos días. Y es que estamos en pleno brote de crecimiento, en la primera crisis en la lactancia materna. Están siendo días (y sobre todo, noches) duros, pero por suerte esta vez no me ha pillado por sorpresa y sé exactamente lo que tengo que hacer: tener paciencia. Es normal y pronto pasará.