Antes de tener a mi mini trol, cuando iba paseando por la calle y veía a una mamá empujando el cochecito del bebé, pensaba: qué alegría, qué fácil, qué ganas de estar en esa situación… Y ahora, cuando voy con el peque por el mundo (quién dice mundo, dice mi pueblo) pienso: ¿quién ha subido el termostato a 35º? ¿Y por qué la gente no recoge las cacas de perro? ¿Quién es el lumbreras que diseñó aceras de medio metro? Sí. Ser madre es muy bonito pero a veces es muy complicado. Nos lo ponen complicado, mejor dicho, haciendo que la maternidad sea algo parecido a una carrera de obstáculos.