Estos días de parón navideño, entre el turrón de Jijona y la tableta de Suchard que me he metido entre pecho y espalda, he aprovechado para leer mucho, cosa de la que normalmente no puedo disfrutar por falta de tiempo. No he devorado ningún libro, como en otras ocasiones, si no que me he pasado por blogs y webs de maternidad para ver qué se cuece al otro lado de la pantalla. Y esas lecturas, y otras previas y varias charlas durante estos 15 meses de maternidad, me han llevado a reflexionar un poco más sobre la lactancia materna y artificial y los radicalismos.