El domingo pasado celebramos el primer cumpleaños de M. Para organizar la fiesta estuve buscando bastante información por internet, ya que tenía algunas ideas pero quería hacer algo especial sin complicarme mucho la vida.
Para ser sincera, lo que más me costó fue decidir la lista de invitados. ¿Familiares íntimos? ¿También amigos? ¿Con hijos o sin hijos? Después de meditarlo, decidí (mos) – no nos engañemos, sabéis tan bien como yo que ese marrón es para vosotras y ellos como mucho dirán si les parece bien, mal, caro o muy caro – invitar a la familia y a algunos amigos con peques de la edad de M.
El motivo de la fiesta lo tuve claro desde el principio: azul y blanco. Como aún él no tiene capacidad de decisión y no puede decantarse por Peppa Pig, Pocoyó o Dora la Exploradora, decidí que una fiesta temática por colores podía quedar bonita y elegante.