Con poco más de dos años, nos encontramos en una frase bastante curiosa (al menos para mí, como mamá primeriza) en la que el peque lo quiere hacer todo “yo solito” (o mejor dicho “jo solet”). Aunque pueda parecer una etapa fantástica y maravillosa, también diré que es agotador porque cualquier pequeña acción se demora in eternum. Aún así, soy consciente de que forma parte de su aprendizaje y es una así como se fomenta la autonomía del pequeño.
El proceso de ir adquiriendo mayor autonomía empezó alrededor de los 15 meses, cuando él solito empezó a realizar algunas sencillas actividades cotidianas que le sirvieron para mejorar algunas habilidades. Poco a poco, a medida que ha ido desarrollando su propia personalidad y ha aprendido a ser mucho más independiente y autónomo, empezó a pedir hacer muchas tareas por si mismo hasta el punto de coger buenos mosqueos si no le dejamos.
A la hora de comer
Es en las comidas cuando hemos notado un mayor avance en este sentido. Si bien hace tiempo que M. es capaz de comer bastante a su aire, lo que empezó siendo una auténtica fiesta de las manchas y la comida desperdigada por su cara, pelo y suelo, ahora se ha convertido en todo un espectáculo de coordinación mano-boca para intentar comer él solito. Y como es muy toduzo (de casta le viene al galgo) pues él, erre que erre, se empeñó meses atrás en comer también solo también con cuchara y a día de hoy domina el tema a la perfección.
Pero, además, ahora quiere participar de todo el proceso. Desde elegir su propia cuchara (o cucharas, porque coge 5 o 6) hasta querer abrir el yogur, llenar el vaso, cerrar las botellas y llevar su plato y su vaso al fregadero cuando acaba (tirando antes los restos al contenedor correspondiente – porque ya casi que domina el tema del reciclaje). Yo soy la primera sorprendida de que la cosa haya evolucionado hasta este punto en este tiempo, pero supongo que de vernos a nosotros hacer la misma acción, una y otra vez, le ha ido calando y lo ha aprendido solito.
en su higiene personal
Esta es otro de los momentos del día en los que el peque quiere hacerlo todo solito. Empezamos con llevar el pañal a la basura (que ahora ya es casi una obligación, aunque su contenido sea más peligroso que la bomba de Hiroshima), y lavándose las manos, y ahora ya se esfuerza por lavarse solo la cabeza y medio cuerpo, ponerse crema y colonia. Esto al principio hace mucha gracia, pero cuando vas de culo y el colega no te deja que le peines (porque te dice “jo solet”), que le cambies el pañal… Pues te vuelve un poco loca.
Otra obsesión suya es la de quitarse y ponerse los zapatos cuando nos vamos de casa y cuando volvemos. Y, para más inri, más de un día se pone muy tiquismiquis con la ropa que le ponemos y dice que nanai…. y se la elige él. Y el calzado aún peor. Tiene sus bambas favoritas y los zapatos que no quiere ver ni en pintura. ¿A quién habrá salido esta criatura?
en las tareas domésticas
Tengo una pequeña maruja en casa. No hay cosa que le guste más que ayudarnos en los pequeños quehaceres diarios. Da igual lo que sea. Tendemos la ropa mientras él nos pasa las pinzas y las intenta poner), hacemos la cama mientras él estira (a su manera) las sábanas, y doblamos y colocamos la ropa con un enano que se desvive por doblar las toallas pequeñas y las camisetas.
Pero lo que realmente le vuelve loco es la mopa y la escoba. Estos dos artilugios (junto a la fregona) que yo odio a muerte a él le chiflan y cada vez que puede nos la arrebata para pasarla él. Tanto es el fanatismo que hace unos meses le compramos su propio kit (escoba, recogedor, fregona y cubo) para que disfrute.
En cualquier caso, estos grandes avances en el aprendizaje del pequeño, aunque a veces puedan sacarnos un poco de quicio y quisieramos hacerlo todo nosotros para ganar tiempo, debemos dejarles hacer. La única manera de motivarles para que lo sigan haciendo (porque cuando tengan unos años más querremos que se hagan la cama solos, que nos ayuden en casa, que sean capaces de asearse y vestirse completamente solos….) es dejar que ahora lo hagan. Así que, olvidemonos del reloj siempre que podamos y dejemos que le evolución siga su curso.
¿Y en vuestra casa, qué cosas quieren hacer los peques? ¿Les dejáis?
Nosotros en casa dejamos que Pichí participe y tenga su voz y su voto pese a las “voces” q nos dicen q “esta niña elige demasiado”. Ahora le ha dado por pelar mandarinas y es q es verdad q tendemos a hacerles las cosas y nos sorprendemos cuando les vemos de lo q son capaces!! Nosotros le dejamos sus platos, vasos y cubiertos a su altura y ella se apaña para poner su mesita, y nosotros nos derretimos al verla tan apañada!! 🙂
Jajaja. La verdad es que hay gente que se empeña en tratarlos como bebés hasta los 5 años o más… Es bueno que quieran ser autónomos! Muchas gracias por tu respuesta 😉 Saludos!