Este verano hemos cumplido un sueño viajero: recorrer Alsacia y Selva Negra con niños durante 17 días. Ha sido un viaje increíble porque combina pueblos de cuento, naturaleza, cascadas, ciudades con historia y parques temáticos que han hecho las delicias de pequeños y mayores.
Si estás pensando en hacer esta ruta, aquí te dejo nuestro itinerario día a día, con lo más imprescindible que ver en Alsacia y Selva Negra y consejos prácticos para familias.
Día 1 · Llegada a Basilea y primeras horas en Colmar
Volamos con Vueling desde Barcelona hasta Basilea (unas 2h) y allí recogimos el coche de alquiler. Muy recomendable nuestra experiencia con Discover Cars, incluso cuando tuvimos que hacer un cambio de última hora nos atendieron genial.
Nuestra idea era visitar Basilea esa tarde, pero hacía un calor insoportable. Plan B: nos fuimos directos a Colmar y estrenamos el viaje en sus piscinas municipales, enormes y con toboganes acuáticos. Fue todo un acierto, los niños empezaron las vacaciones a lo grande.
Antes nos instalados en la ciudad de la Navidad. Una vez más como huéspedes de HomeExchange, la plataforma de intercambio de casas en la que llevamos dos años y medio y estamos encantados con la experiencia.
Día 2 · Colmar, la Petite Venise alsaciana
Una vez instalados y fresquitos (la temperatura había caído hasta los 25 grados) empezamos el día con un free tour por Colmar, que nos dio una visión general de la ciudad. Ya de entrada nos conquistó con sus casas de colores, balcones llenos de flores y sus canales que reflejan todo ese encanto.
El guía nos fue contando historias y curiosidades que hicieron que los niños se engancharan a la visita.
Lo imprescindible que ver en Colmar
- La Petite Venise: sin duda la postal más famosa. Pasear junto al canal, con sus casitas de entramado de madera y flores por todas partes, fue como meternos en una ilustración de cuento. Aquí hicimos unas fotos preciosas en familia.
- Rue des Tanneurs y Quai de la Poissonnerie: calles estrechas, con fachadas de colores y mucho ambiente.
- Casa Pfister: un icono de la ciudad, con sus balcones de madera y frescos en la fachada.
- Maison des Têtes: otro de los edificios más curiosos, adornado con más de 100 cabezas esculpidas.
- Place de l’Ancienne Douane: llena de vida, perfecta para parar a tomar un helado y descansar un rato.
- Iglesia de los Dominicos: con vidrieras impresionantes y un retablo de Martin Schongauer.
👉 Colmar se recorre muy bien a pie y es un plan perfecto con niños: ellos se entretuvieron buscando “la casa más bonita” y viendo patos en los canales.
Día 3 · Riquewihr y Hunawihr, pueblos de cuento
Rodeado de viñedos, Riquewihr es uno de los pueblos más bonitos de Alsacia. Podéis subir al Dolder (torre medieval con museo) y visitar la Torre de los Ladrones, con antiguas mazmorras. Pero lo que más nos sorprendió fue la tienda Féerie de Noël, donde es Navidad todo el año.
A solo unos minutos, Hunawihr es mucho más tranquilo. Paseamos por la iglesia fortificada de Saint-Jacques-le-Majeur y la fuente de Sainte-Hune.
Día 4 · Kaysersberg y Turckheim
Paseamos por la Rue de Charles de Gaulle, entramos en la iglesia de Sainte Croix y cruzamos su puente fortificado. La subida al castillo Schlossberg (unos 15 minutos) es fácil y ofrece unas vistas preciosas de todo el pueblo y los viñedos.
Por la tarde visitamos Turckheim, un pueblo amurallado muy tranquilo. Dimos un paseo por la Gran Rue, la iglesia de Santa Ana y atravesamos sus puertas medievales.
Día 5 · Ribeauvillé y Bergheim
En Ribeauvillé nos gustó especialmente la Tour des Bouchers y el ambiente de sus plazas. En los alrededores hay tres castillos, aunque ese día preferimos no hacer largas caminatas.
Después fuimos a Bergheim, que nos conquistó con su zona amurallada, el tilo milenario, la sinagoga y la plaza del ayuntamiento.
👉 Muy cerca está el castillo de Haut-Koenigsbourg, una visita imprescindible que encantó a toda la familia.
Día 6 · Eguisheim y camino hacia Alemania
Eguisheim es famoso por su trazado circular y sus casas de colores con balcones llenos de flores. Paseamos por la Place du Marché, la Place du Château Saint-Léon y la iglesia de San Pedro y San Pablo.
De camino a Alemania paramos en Breisach y Neuf-Brisach, con su ciudadela y ayuntamiento. No nos parecieron tan bonitos tras ver la Alsacia, pero sirven como pausa antes de llegar a Friburgo.
Día 7 · Friburgo, ciudad universitaria con encanto
Ya instalados en nuestro alojamiento, el primer día en la capital de la Selva Negra hicimos un free tour que nos llevó por la catedral, las puertas medievales y la plaza del ayuntamiento.
Lo que no te puedes perder en Friburgo
- Subir a la torre de la catedral: más de 200 escalones con vistas espectaculares.
- El mercado en la plaza, con embutidos, quesos y salchichas alemanas.
- Pasear por la Konviktstrasse y el barrio de los pescadores.
👉 Consejo: Friburgo merece una noche para disfrutarla tanto de día como iluminada al anochecer.
Día 8 · Museo al aire libre y tobogán en Gutach
Este día fue un cambio de ritmo, perfecto después de tanta ruta por pueblos. Visitamos el Museo al aire libre de la Selva Negra (Vogtsbauernhof), una especie de “pueblo-museo” donde se pueden recorrer casas tradicionales con enormes tejados de madera, establos y molinos. ¡Es como viajar 400 años atrás!
Las casas no son réplicas, sino que fueron trasladadas desde distintos lugares de la Selva Negra. Los niños se lo pasaron en grande entrando y saliendo de ellas. Es un plan muy completo para pasar medio día con calma.
Precio: adultos 12 € / infantil (6-17) 6€/ entrada familiar 2 adultos + 2 infantiles 28 €
Antes de comer nos acercamos a Gutach, donde probamos un tobogán de montaña. Nos habían dicho que era más económico que otros de la Selva Negra, y es verdad: además de divertido, tiene buen precio. Los mayores de 8 años pueden subirse solos, mientras que los menores deben ir acompañados de un adulto.
Precio: 3 euros el viaje
Por la tarde nos desplazamos a Triberg, conocido por albergar los relojes de cuco más grandes del mundo y las cascadas “más altas de Alemania”. Pero aunque, las cascadas son muy chulas, no son las más altas y eso es solo un reclamo turístico. Estas tienen 163 metros en siete tramos (mientas que las de Röthbach por ejemplo tienen 470 m).
Precio: adulto 8€ / infantil (6-17 años) 7’50 €
La entrada da acceso a varios museos de la zona.
Día 9 · Naturaleza en Todtnau y Feldberg
Ya en el ecuador del viaje, quisimos conocer algunos de los lugares más famosos de la Selva Negra.
Empezamos el día en Todnau, donde nos esperaban dos planazos. El primero de ellos fue cruzar el puente colgante Blackforestline, pura adrenalina. Tiene 450 metros de largo (que puede parecer poco pero cuando sufres de vértigo os aseguro que se hace eterno) y está a más de 120 metros de altura.
Nosotros solo lo cruzamos de ida. De vuelta, seguimos el sendero hasta la cascada de Todnau, totalmente accesible con los peques.
Precio: entrada combinada puente y cascada (a partir de 15 años) 12 € / infantil (6-14 años) 9 euros. También hay tickets para visitar solo las cascadas.
Al mediodía nos acercamos hasta Feldberg para visitar la torre. Podéis hacerlo a pie y como nosotros, cómodamente con el funicular. Que sí, que fue un día de superar fobias y con lo poco que me gustan las alturas… lo di todo.
Precio: adultos (subida y bajada) 16 € / infantil 8€ – adultos (solo subida) 14€ / infantil 7€
Y por la tarde nos acercamos al lago Titisee. Hacía bastante calor y nos apetecía darnos un baño. Es un sitio bastante concurrido tanto por locales como turistas cuando sube el termómetro… Una vez allí solo se bañó la pequeña. Al final, nos tomamos un helado y nos retiramos. Nos esperaban dos días intensos.
Día 10 · Rulantica
Décimo día y uno de los planes más esperados de viaje (casi diría que la excusa de toda la ruta): los parques temáticos. A unos 30 minutos de Friburgo se encuentra Rulantica, el parque acuático de Europa-Park, un parque cubierto inspirado en mitología nórdica y criaturas marinas, ideal para visitar en cualquier época gracias a su ambiente climatizado en toda estación.
Es ideal los 365 días del año, debido a sus zonas cubiertas (aunque también hay muchas atracciones al aire libre) y su temperatura del agua. Y tiene atracciones para todos los perfiles: familias y niños pequeños, aventura e incluso zonas de relax, pool bars, etc. Nos encantó.
La mayoría de visitantes dedica un día completo, y con niños es fácil pasar entre 6-8 horas sin querer salir. Ideal como segundo día tras Europa-Park o como descanso entre visitas.
Día 11 · Europa Park
El penúltimo día en la Selva Negra lo dedicamos a Europa Park, uno de los mejores parques de atracciones de Europa. De hecho, durante casi una década ha ganado el premio a mejor parque temático ¡del mundo! Y no es para menos. Europa Park, en Rust (Alemania), es uno de los parques temáticos más espectaculares ideal para familias, amantes de la adrenalina o quienes buscan una experiencia inolvidable.
Y es que es mucho más que un parque de atracciones: es un viaje por Europa en un solo lugar. Montañas rusas épicas (Silver Star, Blue Fire), atracciones encantadoras para los más pequeños (Snorri Touren, Arthur – The Ride), espectáculos, zonas acuáticas y ambientación temática hasta el último rincón.
Día 12 · Nada
Europa Park nos dejó tan KO que, pese a que hacía un día espectacular, nos dedicamos a pasar el día en casa, leer, descansar y recoger el equipaje para poner rumbo a nuestro siguiente destino en la ruta.
Día 13 · Gengenbach
De camino a Estrasburgo hicimos parada en Gengenbach, y qué gran acierto. Este pueblo nos sorprendió muchísimo: tiene una zona amurallada preciosa, torres medievales y calles llenas de encanto.
Lo más bonito para nosotros fue la Engelgasse, una callejuela estrecha con casas de entramado que parecen sacadas de un cuento infantil.
También merece la pena la plaza del ayuntamiento y la antigua abadía benedictina. No es un pueblo grande, se ve en media mañana.
👉 Consejo: si vais en Navidad, Gengenbach es famoso por tener uno de los calendarios de adviento más grandes del mundo, proyectado en su ayuntamiento.
Días 14 – Estrasburgo
La tarde anterior llegamos a la capital de Alsacia: Estrasburgo. Volvemos a Francia para descubrir una ciudad que me encantó y que imaginaba muy distinta.
El primer día visitamos algunos de sus puntos más conocidos con un free tour. Así, descubrimos la imponente catedral de Notre Dame, una de las más bonitas de Europa, y la Maison Kammerzell, con su fachada renacentista decorada al detalle.
Uno de los barrios más encantadores es La Petite France, con canales, casas de entramado y calles empedradas. Aquí paseamos tranquilamente, hicimos mil fotos y disfrutamos del ambiente.
En la Grand Île encontramos plazas llenas de vida como la Gutenberg o la Kléber. Perfectas para sentarse a tomar algo y dejar que los niños corran un rato.
Sin duda es una ciudad para recorrer de día pero también ver de noche, con mucho ambiente y vida nocturna.
Día 15 – Parlamento Europeo y Parque de l’Orangerie
No podíamos irnos de Estrasburgo sin visitar el Parlamento Europeo, un impresionante edificio en uno de los barrios con más contraste de la ciudad. La entrada es gratuita y no hay que hacer reserva previa, pero es imprescindible que todos los visitantes (niños incluidos) lleven su DNI o pasaporte.
Y muy cerquita se encuentra uno de los parques más bonitos de la ciudad: l’Orangerie. Es ideal para pasear, hay parques infantiles, un lago con barcas y cisnes, cafeterías y un restaurante… pero sobre todo es parada obligatoria para ver cigüeñas: el símbolo de Alsacia.
Día 16 · Neustadt
Tanto en el free tour como en distintos blogs de internet se recomendaba mucho visitar el barrio alemán de Estrasburgo: Neustadt. Se construyó a finales del siglo XIX, cuando Alsacia formaba parte del Imperio Alemán, y todavía hoy conserva ese aire monumental que contrasta muchísimo con la parte medieval y alsaciana de la ciudad.
Aquí predominan los grandes bulevares, los palacios y los edificios oficiales. Uno de los lugares más representativos es la Place de la République, rodeada de edificios imponentes como la Biblioteca Nacional y el Palacio del Rin. También merece la pena acercarse a la iglesia de San Pablo, con sus torres neogóticas.
Pero para nosotros fue una visita totalmente prescindible. Quizá ya por el cansancio del viaje, o por el barrio en sí, pero este día de la ruta nos sobraba bastante. Finalmente cogimos el transporte público y volvimos al centro para comer y dar una vuelta.
Día 17 · Vuelta a casa
Después de más de dos semanas entre Francia y Alemania, regresamos a Barcelona con la sensación de haber vivido un viaje redondo, lleno de recuerdos y experiencias. En esta ocasión volamos con EasyJet desde Estrasburgo, pero antes dejamos la casa impoluta como buenos huéspedes que intentamos ser.
Consejos:
- Duración: mínimo 10 días, aunque con 15 o más disfrutarás sin prisas.
- Alsacia es conocida por ser un destino navideño. En esa época debe de ser aun más bonita pero en ciertas fechas muy concurrida (de los más de 5 millones de turistas que tiene, 3 llegan en Navidad). En julio estuvimos casi solos en la mayoría de sitios y con muy bien tiempo.
- Coche de alquiler: imprescindible para moverte por los pueblos. Hay opciones de transporte público entre pueblos, pero nosotros no vimos ni un solo autobús. En la Selva Negra las distancias son largas…
- Alojamiento: en nuestro caso, una vez más, los hemos alojado con Home Exchange en casas que han sido realmente espectaculares y bien comunicadas
- Con peques: alterna días culturales con naturaleza o parques para mantener el equilibrio.