Hoy traigo un post-reflexión de aquellos que se escriben desde el estupor y la indignación. Quiero hablaros de los geniales que somos todas las madres, tomemos la decisión que tomemos. Pues no, lo siento. Yo no pienso así. Hay cosas que están mejor y otras peor, algunas que son indiferentes y otras que, nos guste o no, pueden tener consecuencias (graves) para nuestros hijos. Te aviso que, si eres de aquellos que cree que en la crianza todo vale, es mejor que dejes de leer.
Cada madre (y padre) puede hacer lo que quiera con sus hijos. En esa máxima estamos de acuerdo, aunque no me parece justo, ya que todos conocemos a algún descerebrad@ con hijos que más valdría que se lo hubiera pensado dos veces antes de tenerlos.
Pero la libertad de elección y de decisión no nos hace más listos, ni más sabios ni más correctos. Cada día tenemos que decidir entre varias opciones para nuestros hijos y es importante saber en base a qué decidimos para saber si lo hacemos bien o mal.
¿Lactancia materna o artificial? ¿Colecho o en su cuna? ¿Le compro un andador o mejor no? ¿Le doy chucherías o no? ¿A contramarcha? ¿Que vea la televisión? ¿Que tome Cola-cola? ¿Le doy vino? (no es un ejemplo al azar, os lo garantizo). Todas estas decisiones (y muchas más) las tendréis que tomar tarde o temprano. Podéis hacerlo en base a varios criterios, pero de recomendaciones médicas/sanitarias solo hay una.
Estamos de acuerdo en que algun@s son más papistas que el Papa y hay cuestiones que no afectan a la salud ni seguridad de los peques. Por ejemplo (me lo invento totalmente), que un niño de 5 años esté recomendado que duerma 8 horas y duerma 7.30, pues no me parece un escándalo, ni tampoco que empiece las extraescolares a los 6 en vez de a los 8; ni que vea su primera función de teatro a los 3 porque es muy bueno para ellos. Eso son detalles.
Excusarse en chorradas cuestiones como que “siempre se ha hecho así”, “mi prima siempre ha hecho eso con su hijo y nunca ha pasado nada”, “lo hago por su bien”, “tan malo no será si lo venden”, “un día es un día”… Son frases vacías de sentido y, además, una tontería.
Otra excusa que me fascina es la de “como cada pediatra dice una cosa”. Es obvio que no existe un consenso entre pediatras ni sanitarios, pero para eso hay información más allá, de organismos oficiales y estudios más objetivos. Hoy, más que nunca, tenemos muchísima información a nuestro alcance, el problema es que miramos para otro lado.
Ya me perdonaréis, pero las madres no siempre sabemos qué es lo mejor para nuestros hijos. Para eso están los profesionales de distintos ámbitos. Es la seguridad y salud de nuestros hijos lo que está en juego.
Me ha gustado, y estoy de acuerdo a pesar de haber escrito un post titulado Todas somos buenas madres 😉 Entre otras cosas porque el objetivo de mi post no era tanto justificar lo que tú criticas sino criticar las críticas estúpidas que normalmente se hacen (¿nos hacemos?) unas madres a otras, que si mejor en la cuna, que si mejor en cama con los padres, que si mejor teta, que si mejor biberón, que teta hasta que quiera, que teta hasta los 6… Seguro que en estas cosas unas son mejores que otras, pero yo que defiendo la teta a muerte no creo que sea bueno que una madre que se siente muy mal dándola la dé, porque un niño necesita a su madre contenta, y no amargada con la teta. Lo mismo con el colecho, soy super fan, pero si los padres no están cómodos o pasan miedo tampoco le veo sentido.
Ahora, como comentaba en Twitter, no logro entender, por mucho que lo intente, la manía de llevar en la dirección a la marcha con la de estudios y PRUEBAS (niños muertos y tetrapléjicos!!! WTF!!! Como no puede eso abrir los ojos a los más tercos???), no entiendo tampoco algunas manías alimenticias (a ver, en cierto modo sí, desinformación, pero es que intentas informarlos y ni caso, muchas veces con las frases excusa que mencionas…), estamos cargándonos su salud y el hecho de que algún día puedan comer bien ya desde años muy, pero que muy jóvenes…
Así que eso, que aunque é escrito un post que dice lo contrario, mi post no iba dirigido a esos casos donde de verdad se está poniendo la salud o incluso la vida del niño en peligro, sino a todas las demás críticas que desde mi punto de vista son estúpidas. (Quizá en parte también porque yo soy criticada en casi todo lo que hago y estoy hartita de verdad… 🙁 A veces casi me apetece evitar quedar con gente o evitar hablar con gente nueva en los parques por no sentirme juzgada… con lo sociable que yo soy…)
Estoy taaaan de acuerdo contigo. Mi post no se refiere a las decisiones más o menos banales que tomamos, si no que algunas cosas son muy evidentes pero la gente prefiere mirar para otro lado. Yo creo que todas las madres y padres hacemos mal muchas cosas en muchos momentos (es inevitable, la vida es así). Pero me da vergüenza ajena cuando una madre hace algo poco recomendable o incluso peligroso para su hijo y se ampara en el argumento de “soy su madre, sé lo que es mejor para mi hijo”. Pues no bonita, no tienes ni idea. Y si la tienes, peor me lo pones.
Lo que dices de las sillas a contramarcha es un ejemplo muy fuerte. P-madres que se hacen los suecos como si no fuera con ellos, que dicen que no está claro, que habrá intereses de por medio y muchas cosas sinsentido más simplemente para defender que están poniendo en peligro la vida de su hijo. En fin…
yo también soy criticada y juzgada precisamente por cosas que sí hay evidencias que son buenas (manda narices!) como que mi hijo no coma porquerías, que no vea la tele, que no lo riña…
Me alegra saber que no soy la única que ve las cosas de esa forma! un beso y gracias por tu comentario! 😉