Practicar el colecho, es decir, dormir con nuestros bebés (puede ser en una cuna adosada a nuestra cama o directamente en el mismo lecho) parece la panacea de todos los problemas nocturnos relacionados con los despertares. Los bebés se despiertan entre mucho y muchísimo por las noches (hay excepciones, pero pocas) y mucha gente recomienda como solución practicar el colecho. ¿Tu bebé se despierta cada hora para mamar? Colecho. ¿Te desvelas mucho por la noche tras las tomas? Colecho. ¿El peque no quiere dormir en su cuna? Colecho. Parecía la solución a todos nuestros problemas, la verdad.
Muchas personas creen que el colecho es malacostumbrar a los niños y que jamás de los jamases los sacaremos de nuestra cama. Yo pienso que esto no es así; los niños necesitan estar cerca de sus padres para sentirse protegidos, es lo natural, pero eso no quiere decir que el colecho sea la solución a todos los males.
En casa practicamos el colecho con M. desde el día que hizo 5 meses. Hasta entonces dormía bastante bien en su cunita, pegado a la cama de mamá y papá. Había despertares a lo largo de la noche pero le daba el pecho, se volvía a dormir y a su cuna. Y así un par de veces. El día que cumplió 5 meses todo cambió y al dejarlo en su cuna lloraba sin parar… una vez…dos veces…y así toda la noche. Y así 10 días. A esto se le llama coloquialmente el “síndrome de la cuna con pinchos” (no hace falta que os cuente el motivo).
No es que en casa seamos masocas. Ya sabíamos que mucha gente dormía con sus bebés e incluso que en otras culturas lo habitual es esto, pero M. nunca quiso dormir con nosotros. Des de la primera noche en el hospital hasta ese momento, tumbarlo junto a mí era un combate cuerpo a cuerpo de patadas y golpes, por lo que mis noches de lactancia materna eran sentadita en la cama con mi cojín de lactancia. La comodidad brillaba por su ausencia.
Me di cuenta que teníamos que hacer algo la noche que empecé a desvariar y a preguntarle al padre de la criatura: ¿cuántas etapas llevamos? ¿17 etapas, verdad? A día de hoy aún no sé a qué me refería. Me iba a volver loca. Así no podíamos seguir. Por lo que empezamos a insistir cansinamente para que durmiera con nosotros. Y lo conseguimos. Los primeros días sí que se dormía tumbado con nosotros pero para mamar tenía que volver a la posición de “mami sentada en la cama” pero al cabo de unas semanas empezó a mamar también tumbado. Y cada vez que se despierta por la noche, le ofrezco el pecho y se vuelve a dormir enseguida.
¿Se acabaron entonces nuestros problemas, no? Pues no. Dormir con un bebé de 3 meses quizá es cómodo, pero con un niño cada vez más mayor… Los niños se mueven mucho, el día que no te da un puñetazo, te despiertas con un pie en la boca; o se pone en diagonal y te saca literalmente de la cama. Eso por no hablar de las posturas imposibles que papá y yo tenemos que adoptar para no despertar al enano.
Así que, después de mucha lucha para que durmiera con nosotros y de triunfar en nuestro empeño… las cosas siguen bastante parecidas. Es cierto que al menos no tengo que sentarme para que coma, pero sigo desvelándome, duermo bastante incómoda y despertándome mucho, y él se despierta tanto o más que antes.
¿Y por qué seguimos así? Pues porque sigue siendo la opción más cómoda. Para mí, las ventajas superan con creces a los inconvenientes. Aun así, reconozco que practicamos el colecho por resignación. No me importaría en absoluto que mi peque durmiera en su cama varias horas seguidas (cuenta la leyenda que existen niños así). Pero con tantos despertares lo más cómodo es dormir junto a él.
Si os estáis planteando dormir o no con vuestros hijos, aquí tenéis las que para mí son sus ventajas e inconvenientes.
Ventajas:
- Facilita la lactancia materna a demanda ya que el bebé tiene el pecho muy accesible (con pocos meses ya son capaces de buscarlo y mamar por su cuenta).
- Comodidad para las tomas (especialmente si habéis optado por la lactancia materna).
- Facilita el sueño de toda la familia. Bebé y mamá descansan más y mejor, y se reducen los desvelos nocturnos de la mamá (pero pueden seguir existiendo).
- El bebé está más vigilado (los expertos dicen que se reducen muchísimo las muertes súbitas del lactante).
- El bebé llora menos, ya que se le atiende en seguida.
- Es precioso, se crean vínculos muy fuertes.
- Es seguro. Es realmente difícil aplastar al bebé durmiendo (estamos en estado de alerta permanente), siempre y cuando no haya problemas de sobrepeso ni se hayan consumido alcohol o drogas.
Inconvenientes
- A veces puede resultar incómodo. A nosotros nos resulta complicado encontrar una postura cómoda para dormir los 3 en una cama de 150 centímetros. A todo se habitúa una, pero es cierto que a medida que el peque crece y se mueve más y más, el contorsionismo nocturno pasa factura.
- Puede provocar que algún miembro de la pareja emigre a otra habitación. No es nuestro caso, pero si esto sucediera, para mí el colecho aún tendría menos sentido, ya que yo acepto dormir con mi hijo, pero también quiero dormir con mi marido.
- Hay riesgo de sufrir patadas voladoras. Riesgos reales.
- Los bebés no controlan los límites de la cama y pueden caerse. Esto se soluciona fácilmente: poniendo al bebé en medio o colocando barreras.
Y vosotros/as, ¿cómo dormís? ¿Practicáis el colecho? ¡Contadme vuestra experiencia! ¿Algún consejo para pasar al peque a su habitación y no morir en el intento?
A día de hoy practico colecho a ratos, el mayor ya duerme toda la noche en su habitación pero el peque sigue viniéndose a la cama a mitad de la noche, hay días que no se mueve mucho y lo dejo porque me da gustito estar con él pero otros días las patadas son continuas y mi integridad corre serio peligro (y digo la mía porque todas las patadas van a mi lado, mi marido parece que tiene una burbuja que le protege, no lo entiendo), así que lo paso otra vez a su cama y afortunadamente ahí aguanta hasta por la mañana.
Ayyy cómo te entiendo, cuando están quietecitos es una pasada dormir con ellos, verlos, olerlos…pero cuando se mueven es una tortura! Tienes suerte de que también duerma en su cama, así puedes ir alternando! Muchas gracias por pasarte y comentar!
Me siento identificada, no hace mucho hablaba también de lo que a nosotros nos viene impuesto, porque el peque se planta en la cama sin que nos enteremos, y ya por pereza ahí se queda. Esperemos que sea una fase porque estamos con la espalda destrozada!
estoy segura que se trata de una fase…la cuestión es saber si durará semanas, meses o años… Yo la espalda la tengo K.O pero lo que llevo peor son las patadas voladoras… es horroroso :'( Muchas gracias por tu aportación, ánimosss!
Te leo y me veo reflejada. Para mi peque la cuna tiene pinchos desde que nació, así que va a batir un record de bebé sin pisar cuna. Nosotros también practicamos colecho. Desde luego, es lo más cómodo para todos. La única pega que le pongo son las malas posturas, nunca había tenido que ir al fisio y ahora le hago una visita todos los meses. Un beso enorme.
Hola! el problema es ese… que no es precisamente cómodo, aunque sea más práctico. Supongo que al final o duermen en su cuna o nos hacemos contorsionistas, no descarto nada! jajajaj Muchísimas gracias por comentar!
Nosotros también lo practicamos y como bien dices, las ventajas superan a los inconvenientes y por eso seguimos. Eso sí, nosotros estamos ya hablando de ponerla en una cuna, al lado de nuestra cama, para que pueda coger la teta de mami, pero ella tenga su espacio y nosotros el nuestro. Porque si no, yo duermo con su cabeza en mi cuello y su padre con los pies en la cabeza y como que no es plan, no crees??? jejejeje.
Para nosotros, el colecho ha sido una salvación y ahora que duerme casi del tirón toda la noche, suele despertarse una vez para mamar, puedo decir que me siento orgullosa de que duerma con nosotros y tan bien. Algunos ya me dicen que como no se despierta, que la pase a su habitación, peeeeeero a mi no me parece bien, mas que nada porque sé que en el momento que la pongamos en su habitación, y nos vayamos empezará a llorar y puede que en vez de ir dando pasitos hacia delante vayamos hacia atrás como los cangrejos. 🙂
Muchos ánimos!!!!
Yo si tuviera espacio en la habitación probaría eso… aunque mucho me temo que lo que él quiere es notar que estamos cerca, cerca… así que no creo que en nuestro caso funcionara 😉
Cada niño es un mundo, el mayor dormiría siempre en nuestra cama, y bien pegadito a mi, y el pequeño de mi solo quiere mi codo cuando se desvela, el resto, ahora que no toma pecho, le da igual…ya ves.
Ves qué bien, cada uno es distinto… Yo espero que cuando no tome pecho por la noche quizá sea distinto… No sé, prefiero no darle muchas vueltas! Gracias por tu comentario! 😉
Rosquis fue colechador cuando se despertaba de madrugadas, parte de la noche hasta los 18 meses más o menos, que es cuando dejó de hacer tomas nocturnas. Yo me tenía que poner un cojín para evitar patadas en mi barriga y todo.
Besitos y ánimos, todo son etapas!
Mira, eso quiere decir que hay luz al final del túnel XDDDDD
No he practicado el colecho con ninguno de los dos… La peque sí es cierto que alguna vez se ha venido a nuestra cama, pero dormimos mal menos ella… Así que sólo en caso de estar pachucha o si yo me subo a ver la tv, que entonces se viene, se abraza y se queda dormidita, pero luego papi la lleva a su cama y hasta la mañana siguiente.
En casa han sido dos niños de leyenda… El mayor desdeque llegó, duerme del tirón y la peque, salvo alguna noche, también.
A los 15 días dormía de 8 a 12, mamaba y luego hasta las 7 u 8 de la mañana.
Y no lo digo por dar rabia eh??? Sino porqueb ha sido así y el colecho en casa ha sido algo que no hemos querido nunca.
qué suerte Vero!!!! Es que, como todo, eso va a niños. Tarde o temprano me tocará el turno y dormiré a pierna suelta!!! 😉 Un beso y gracias por comentar!