El consumo de azúcar y la cantidad presente en algunos alimentos es un tema polémico y actual a partes iguales. ¿Tomamos demasiado azúcar? ¿Qué cantidad de azúcar llevan los alimentos que consumimos? ¿Hay azúcar bueno y azúcar malo? Podría seguir, se me ocurren decenas de preguntas sobre este tema, porque es un asunto que me preocupa y del que estoy muy pendiente desde que nació mi hijo. Bueno, en realidad, desde que empezó la alimentación complementaria, momento en el que empecé a leer sobre el tema y a ver que los alimentos “para bebés” están cargados de azúcar (y de otros componentes poco recomendables). Y poco a poco, fui cada vez más consciente que nosotros, los adultos, también somos grandes consumidores de azúcar. Y hoy quiero reflexionar un poco sobre este tema. Se trata de una reflexión personal después de haber leído mucho sobre el tema, es decir, de la opinión de una consumidora que ha cambiado y que está en proceso de cambiar aún muchos hábitos relacionados con la alimentación.
Como os decía, todo aquello que concierne al consumo de azúcar está bajo el foco de los medios últimamente. Hace poco, salió a la luz un proyecto muy interesante llamado SinAzúcar.org, que muestra a través de fotografías la cantidad de azúcar que contienen muchos de los alimentos que consumimos a diario. En algunos casos, aunque desconozcamos la cantidad real de azúcar que tienen, resulta obvio, si nos paramos a pensar, que se trata de productos muy azucarados. Por ejemplo, unas palomitas medianas con azúcar, que contienen 33 terrones de azúcar (ahí es nada). En otros casos… cuesta más hacerse a la idea.
En muchos productos, saber la cantidad exacta de azúcar (y otros ingredientes) que llevan es tan fácil como leer la etiqueta. ¿Lo hacemos? No. A veces me pregunto si es por falta de hábito, por ignorancia o quizá porque es una manera de justificar lo que comemos. Eso pasa con los productos. Todo aquello procesado, envasado…lleva una declaración de ingredientes que convendría que leyéramos.
¿Y qué pasa con los alimentos? ¿Qué cantidad de azúcar lleva una manzana? ¿Y una naranja? En este caso no podemos saber la cantidad, pero sí que podemos deducir (o buscar) cuál es la mejor forma de consumir, la fruta en este caso, para tomar la menor cantidad de azúcar posible. Aunque sean azúcares naturalmente presentes, cuanta menos cantidad, mejor. Por eso, la fruta es mejor tomarla en su pieza entera en vez de en zumos. ¿Son malos los zumos naturales? No. Pero llevan mucha más concentración de azúcar, son menos saciantes y al tomarlos de esa forma no estamos tomando otras propiedades de la fruta (como la fibra). ¿Os tomaríais de buena mañana 3 naranjas? Probablemente no porque son muy saciantes, aunque si las tomáis en zumo no os daréis ni cuenta (y además comeréis algún otro alimento porque no será suficiente).
Y esto me lleva a mi reflexión inicial, ¿existe azúcar bueno y azúcar malo? No. El azúcar es azúcar. No importa si es natural, moreno, panela (muy de moda últimamente)… Se trata de calorías vacías, azúcar en cualquiera de sus versiones. Lo mismo ocurre con otro tipo de edulcorantes que la gente usa como sustitutos del azúcar: la miel, los siropes, jarabes… son productos formados en su gran parte por azúcar, y, por ende, son tan poco recomendables como esta.
Muchas personas, preocupadas por ese consumo, se preguntan qué alternativa hay al consumo de azúcar, que aporten un dulzor parecido. Si tomamos azúcar habitualmente nuestro paladar se acostumbra a ello y luego es complicado comerse ciertos alimentos sin añadirles azúcar. Le ponemos azúcar a la leche, al café, al yogur… ¡hay gente que le echa azúcar hasta al Cocalao, que ya lleva un montón de azúcar! ¿Cómo sustituirlo? Creo que cualquier alternativa mencionada en lugar del azúcar no mejora el problema… Lo mejor es ir reduciendo el consumo de azúcar hasta, si es posible, eliminarlo por completo. Os dejo algunas ideas:
- No consumir productos con azúcar añadido (básico). Para ello hay que leerse los ingredientes que lleva, claro.
- Consumir los productos con azúcares presentes de forma más óptima (fruta en vez de zumos) y plantearnos que algunos, por muchas propiedades que nos digan que tienen (la miel) no son muy saludables.
- Si tomamos alimentos añadiéndoles azúcar, tratar de reducir la cantidad paulatinamente. Si es posible, no añadir nada.
Y esto os lo dice una persona acostumbrada a añadir azúcar a casi todo. Bueno, ese era mi antiguo yo. Poco a poco y sin marcarme un objetivo concreto (porque me parece irreal e innecesario) he reducido el consumo de azúcar diario y pienso seguir haciéndolo. En el caso de mi hijo, porque ha descubierto los alimentos tal cual, sin necesidad de añadirles nada para que le gusten, son mucho más radical. Su consumo de azúcar es más que esporádico, es anecdótico.
Esta ha sido mi reflexión, sé que es un tema complejo y polémico. ¿Qué pensáis del tema?
Estoy totalmente de acuerdo contigo. El otro día justo pensaba en lo de la sal, porque ahora hablamos mucho del azúcar pero creo que la sal es igual de perjudicial. Y prescindible. Nosotros comemos desde siempre casi sin sal (a veces sin nada). No sé porqué, pero en mi casa se cocinaba desde siempre con mucha sal (mi abuela, mis padres..) y a mí siempre me ha molestado.
Casi todos los productos procesados van cargaditos de azúcar, sal o ambas. Sobre todo porque son grandes conservantes y hacen que los productos se estropeen menos (los embutidos, por ejemplo y mil cosas más). Lo mismo ocurre con el aceite de palma… que está presente en todo tipo de productos procesados. Por eso lo mejor es huir de ellos y comer comida y no productos.
Como dices, se trata de ser consciente de ello e intentar cambiar, poco a poco, de hábitos. a mí me parece sencillo si se hace poco a poco y cuando te das cuenta, estás comiendo mucho más sano (y encima ahorras dinero).
Un besazo fuerte y muchas gracias por pasarte!!!!!
Gracias!!! A mí me pasó lo mismo… Dicen que durante la lactancia necesitamos muchas más calorías (más aún que en el embarazo). Yo no sé si el dulce es adictivo… pero es verdad que engancha un poco 😉 Cuando empieces con la complementaria verás la cantidad de azúcar que llevan los productos “para bebés”…. Si su paladar no conoce ese tipo de sabores, verás como no se acostumbrará 😉 Muchas gracias por pasarte a comentar guapa 😉
Nerea, me ha encantado el post, porque lo explicas de una manera que todo el mundo pueda entenderlo.
Sin darnos cuenta nosotros mismos somos grandes consumidores de azúcar y como bien dices, tenemos que ir bajando esa dosis. Yo, por ejemplo, pensé que la panela era una buena opción, hasta que vi que realmente no lo era. Investigando sobre el azúcar que los propios alimentos llevan, me di cuenta que muchos de ellos, de manera natural tienen.
Es como el consumo de sal. Por poner un ejemplo. Puede que mucha gente no se dé cuenta, pero la sal, en grandes cantidades es malísima y conozco gente que se echa sal en todo, y no una pizca, si no grandes cantidades. De pequeña, al pasar los veranos con mis abuelos, me acostumbré a comer sin sal y con especias (de vez en cuando) y con la propia sal de los alimentos, puedes tener sabores que ni la sal ni nada de nada. Mi marido comía sal a puñados cuando nos conocimos y como yo siempre he cocinado sin sal se ha acostumbrado, de tal manera que ahora, si vamos a un restaurante nota la sal en todas y cada una de las cosas que come.
Con el azúcar lo mismo. No nos damos cuenta, porque siempre lo tomamos. Y es que además el azúcar es adictivo, cuanto más comes, más te pide el cuerpo. Yo era de comer azúcar a todas horas. Es verdad que la he reducido, pero no ha desaparecido. Gracias a la dieta que hice después del embarazo, el bajar los casi 40 kilos y sentirme mejor, empecé también a comer de manera más saludable y entre horas, una pieza de fruta me da ese toque de azúcar que yo mismo necesito.
Y lo del aceite de palma??? Madre mía, nos están matando con ciertos productos y ni nos damos cuenta. Al final te das cuenta que los alimentos, de la forma natural es como mejor se deben comer, y los envasados, en mi casa, poco a poco se quedan relegados en un segundo o tercer plano.
Saludos
Hola, lo encuentro genial y muy bien explicado. Yo ahora con la lactancia encuentro que el cuerpo me pide comer alimentos más calóricos pero si que es verdad que antes no comia muchas cosas que como ahora y mi sensación es que he creado una adicción al dulce!! Dentro de poco comenzaré con la introdución de los alimentos com mi bebé y quiero que mi dieta sea más saludable porque me encontraron intolerancia a la fructosa y al sorbitol, cosa que se ha regulado con la lactancia de forma milagrosa!! Ejejejeej