Hoy vengo calentita a desahogarme un poco en el blog. Ya sabéis que a veces me da por hablar sobre la relación entre blogueros y marcas, algo que nunca deja de sorprenderme. A veces incluso echo tierra encima de mis colegas porque hay cosas que no me gustan pero hoy voy a romper una lanza a favor de todos aquellos que escriben un blog. ¿Por qué? Porque estoy harta. Harta de que tener un blog parezca rascarse la barriga y colaborar con marcas sea tener mucha jeta. Señores y señoras, están a tiempo de irse de aquí y no continuar leyendo. Quizá lo que digo no les gusta.

Un blog cuesta dinero

Los blogueros (algunos los llaman influencers pero ese término cada vez me gusta menos) tienen (tenemos, vaya) mucha jeta. Se nos acusa de recibir cosas gratis, tener el morro de pedir cosas a las marcas y todo eso a cambio de nada (dicen). Pues bien, les voy a contar yo lo que es nada.

Un blog no se mantiene del aire. ¡Oh, sorpresa! ¿Cuesta dinero tener un blog? Bien, no siempre. Yo empecé con un blog gratuito pero enseguida vi que era un error y que si quería mostrar algo con cara y ojos tenía que pagar algo. Al menos por el hosting, el mantenimiento…. Los precios son muy dispares (puedes gastarte 20 euros al año, 100, 300 o infinito… depende muchos de los objetivos). Pero no, un blog no suele ser algo gratuito.

El tiempo lo es aún menos. ¿Cómo? ¿Qué queremos cobrar por nuestro tiempo de dedicación? Claro, como todo hijo de vecino. La mayoría abrimos un blog por inquietudes, ganas de contarle al mundo cosas…. Como un hobbie vaya. A nadie se le ocurre (creo yo) pedirle a una empresa dinero por contar tus aventuras y desventuras… Pero ¿sabéis qué pasa? Que para (algunas) marcas, esto es un filón.

No lo digo por decir. Estudié Periodismo 5 años y 2 años un máster de márketing y comunicación. Son 7 años de formación (sin sumar otros muchos cursos). Y además del blog, me dedico a esto profesionalmente en el lado opuesto. Y os puedo decir, que un bloguero, su canal, sus redes sociales…. es una vía de márketing de lo más jugosa para muchas marcas. Como lo puede ser la publicidad convencional, el boca a boca, el buzoneo… qué sé yo. Hay muchas opciones.

Por eso nos quieren. Y no hay nada de malo en ello. Yo llevaba un mes con mi churri-blog anterior cuando empecé a recibir peticiones de algunas marcas para colaborar. Yo. Con mi blog básico contando cosas banales… ¿Y eso, es normal?, pensé.

Y vi que era una oportunidad. Una oportunidad para poder recibir algo a cambio de escribir, lo que más me gusta en este mundo. ¿No sería maravilloso que todo el mundo recibiera dinero por hacer lo que le gusta? Vaya, así debería ser en nuestro trabajo diario.

pedir cosas gratis

Cobrar por posts es algo complejo. La mayoría de los blogueros mortales recibimos productos o servicios para testear y reseñar luego en nuestro blog. Algunos afortunados sí que cobran por lo que hacen y me parece maravilloso. En este mundo hay gente que le echa más horas que el sol con su blog, y todo lo que hay detrás (RRSS, diseño, gestión, escribir, fotografía…). Vaya, que han triunfado y viven (o mal viven) de ello.

Yo tengo un trabajo por cuenta ajena, una familia, dos hijos… y no me da la vida. Y me tiro horas y horas en el blog. Y me encanta. Y me encanta colaborar con las marcas. Y sí. Yo pido colaboraciones a las marcas. No, no pido cosas gratis. Si no una contrapartida. Les escribo cuando veo que puede ser interesante para ambas partes, me presento, les mando mi media kit… y ellos deciden. Habéis leído mis colaboraciones, nunca me he escondido ni me esconderé por ello. Porque no me parece nada malo. Al contrario.

Pero aun así, los blogueros tenemos mucha jeta. Se nos acusa de pedir cosas gratis. ¿Gratis? Si pago por tener un blog, invierto en publicidad, dedico mi tiempo a escribirlo, hacer las fotos, currarme el SEO…. ¿Dónde está lo gratis?

Pero por encima de todo, recibir algo a cambio (sea dinero o sea algo es especies) es una contrapartida. ¿A qué? A la publicidad que le estoy haciendo a esa marca, querido lector. ¡Ostras, pero no es justo, le pides cosas a cambio de nada! Le ofrezco visibilidad. En mi caso es la que es, tengo los seguidores que tengo y no apunto muy alto… pero hay blogueros con muchísimos seguidores (hablo de los reales, no del fraude espantoso de compra de seguidores) que os garantizo que hacen la mejor publicidad del mundo a sus marcas: el boca a boca a gran escala. Y eso, toca pagarlo. Y les ponen banners y anuncios, hablan de ellos, les dan a conocer y reseñan sus productos. ¿Creéis que las grandes marcas (las que tienen un departamento de márketing o una agencia externa, iban a acordar colaboraciones con blogs si no les saliera rentable?

“Es que fulanito se ha ido gratis a Disneyland. Menudo morro. A cambio de rascarse la barriga….”. Parece un crimen. Un delito. ¡Es algo que ha pactado con una empresa! Yo te doy esto… a cambio de publicidad. Y de su trabajo. ¿sabéis lo que veo yo cuando leo tanto desprecio a la comunidad bloguera y las colaboraciones? Una envidia como una catedral. Así de clarito os lo digo.

Si no confiáis en la bloguera de turno, pues no la sigáis y santas pascuas. Porque es verdad que algunos blogs parecen la teletienda, pero es cosa de ellos y de las marcas que colaboran con ellos. Pero esa persona está haciendo un trabajo y le han pagado por eso. Y ojalá las empresas que quieren publicidad en blogs y redes sociales se rascasen un poco el bolsillo. Porque un blog (lo repito) cuesta dinerito. Y comer también. Y un viaje, un cochecito, una lámpara… son geniales pero no llenan la nevera.

Legalidad

Mucho blogueros hacen las cosas legalmente y todo lo que cobran lo tributan. Lamentablemente el tema de los regalos en especias no está regulado y no sé hasta qué punto se declara o no, pero eso ya es otro tema. Ojalá algún día haya más transparencia y legalidad y todo esté declarado y todas las colaboraciones se especifiquen alto y claro.

Yo por mi parte me he propuesto especificarlo en mis posts a partir de ahora. Por honestidad hacia el lector. Porque ¿sabéis que? ¡También hablamos de cosas que compramos! Yo reseño libros, juguetes, viajes… porque me da la gana. Nadie me patrocina ni me pide que lo haga, lo hago para contaros mis experiencias. Las buenas y las malas. Lo mismo que hago cuando una marca quiere de hable de ella. Después de valorar si encaja o no con mis principios y mi blog, os cuentos mis sinceras impresiones.

Mucho morro

Lo que para mí es tener mucho morro es aprovecharse de la situación. Sé que hay blogueras y personajillos de las redes sociales que hacen un mal uso de estas colaboraciones. Que no cumplen su parte del trato y se quedan los productos y no hacen lo pactado. ¿Sabéis cuánto tiempo harán eso? Muy poco, porque se les ve el plumero, corre la voz y hasta ahí su chollo.

También es tener mucho morro decir que tienes 20.000 seguidores cuando todos son comprados o un fake. Seguidores reales, amigos. Sean 200 o sean 2.000, pero de verdad. De los que te quieren, te leen y te hacen palmas cuando escribes. El resto no sirve para nada (algún día las marcas se darán cuenta de esto).

Pero lo que también es tener la cara muy dura es pretender que los blogueros escribamos sobre productos y marcas que no conocemos. Eso es algo que, lamentablemente, pretenden algunas empresas y alguna gente de a pie. Quieres saber cómo funciona el cochecito guachinflús pero te parece fatal que me lo regalen… ¿Entonces? ¿me invento una crítica? ¿o cómo lo hago?

Porque luego, esa gente de a pie, bien que busca en google opiniones REALES sobre productos antes de comprarlos. Sí, a tu vecina también le puedes preguntar, pero internet es un espacio maravilloso donde leer muchas opiniones y experiencias distintas.

Y claro, esa gente también se apunta a mil sorteos a ver si les toca algo. ¿Sabéis qué? Que esos sorteos a los que os apuntáis sin control y estáis dispuestos a arrancar un pelo de unicornio y un diente de dinosaurio para tener una posibilidad entre 10.000 de que os toque…. es gracias a una colaboración entre una empresa y una persona que escribe en un blog. Sí, un jeta bloguero.

Y esos quejicas también son los que mandan candidaturas sin cesar para poder participar en las campañas de empresa de testeo de producto: Testeamus, Youzz, etc…. Pero eso ya no les parece tan mal.

Tampoco es muy ético como marca dejar tirada a una bloguera (eso pasa, amigos). Al principio aceptas la colaboración y cada uno se supone que está trabajando en ese proyecto (documentándose, estructurando el post, etc) pero la marca de repente desaparece del mapa y nunca más se supo. A mí y a varias conocidas les ha pasado varias veces. Y es una pérdida de tiempo. 

El mega morro entre los jetas es pretender que haga mi trabajo gratis. Las marcas están cansadas (dicen) de recibir muchas peticiones para hacer colaboraciones (algo que es un win-win) pero es que los blogueros estamos HARTOS de recibir e-mails de empresas que:

• Nos llaman querido amig@ (ni saben quienes somos) o un nombre que no es el nuestro
• Me encanta tu blog y me gustaría que hablases de mí en él. A mí me da risa cuando me dicen eso y ese producto lo he criticado en el blog y mis redes, porque demuestran que tocan puertas al azar sin saber quiénes somos
• Y cuando les pedimos probar el producto o servicio o una compensación si no se trata de un testeo… ¡oh! no pueden porque no tienen presupuesto o no tienen stock.

¿Entonces? Nos están pidiendo un trabajo y una publicidad a cambio de NADA. Pues mira, GRATIS NO TRABAJO. Ni en mi blog ni en mi profesión. Porque por desgracia esto es muy común en el periodismo, el diseño gráfico, la fotografía… “Es que mi primo que tiene Photoshop me lo hace gratis”. Pues llama a tu primo. Así de sencillo.

Porque a mí no se me ocurriría ir al dentista o al mecánico y decirle: mira, necesito un empaste y la revisión del coche…. pero no tengo un duro y no te puedo pagar. ¿No cuela, no?

En fin, siento la parrafada pero como veis… estoy calentita. Si alguna vez has pensado que los blogueros pedimos cosas gratis, espero que ahora entiendas que no es así. Gracias si habéis leído hasta el final. Si te ha gustado este post, me encantaría que me ayudaras a difundirlo. Si no te gusta o tienes una opinión contraria… puedes decirlo sin problema. ¡Todas las opiniones respetuosas son bienvenidas!