Hipertiroidismo postparto durante la lactancia materna

Mitos y absurdeces de la lactancia materna

Como madre lactante de un pequeño monstruito, tras 16 meses con la teta fuera, he oído de todo sobre la lactancia materna y artificial. Uno de los mayores problemas que hay sobre este tema es la falta de información rigurosa, veraz y consensuada sobre los beneficios e inconvenientes de ambas opciones. Si a esto sumamos que, generación tras generación, se van propagando mitos sobre ello, el resultado es que muchas madres optan por una u otra sin tener toda la información necesaria para decidir libremente.

Hoy voy a hablaros de algunas de las frases sinsentido que más se pronuncian y escriben sobre el tema. He tenido que hacer una selección porque ¡las hay a patadas! De los creadores de “no tienes leche”, “tu teta ya no alimenta” y “este niño llora de hambre” llega… (agarraos que vienen curvas):

El tamaño del pecho está directamente relacionado con la producción de leche (a tetas más grandes, más leche producirás)

Pues no. Aquí la menda con sus tetas pequeñitas sigue amamantando a un glotoncete. La producción de leche depende de la estimulación, por lo tanto, depende de las veces que mame el niño. Un bebé que mama mucho (porque es más tragoncete) conseguirá que su mamá produzca más leche y viceversa.

Es normal tener grietas y sentir dolor cuando das el pecho. Hay que aguantar hasta que se forme un cayo.

Si dar el pecho duele o se forman grietas, probablemente se deberá a un mal agarre o a una mala posición del bebé y hay que corregirlo de inmediato. En cuanto duela, haz que el bebé deje el pecho (puedes introducir un dedo en su boquita para romper el vacío) y haz que vuelva a agarrarse. Si es un hecho habitual o aparecen las temidas grietas, consulta con una asesora de lactancia.

Si no se agarra bien al principio, ponte azúcar o anís en el pezón.

Lo dicho, si hay un mal agarre, consulta con un profesional. Ponerte azúcar en el pezón es un engañabobos y, ni que decir tiene, que dar alcohol a un bebé una locura.

Dar el pecho es muy esclavo y sacrificado. Para eso se inventaron las leches de fórmula.

Dar el pecho es muy duro AL PRINCIPIO. Pero todo AL PRINCIPIO es muy duro. Cuando la situación (y por situación me refiero a adaptarte a la nueva vida como madre) se normalice, verás que es la cosa más maravillosa del mundo. Imagino que las leches artificiales se inventaron porque ciertos fabricantes vieron un auténtico filón en comercializar un alimento tan imprescindible como es la leche infantil para aquellas madres que no deseaban dar el pecho y la leche de vaca sentaba mal a sus pequeños.

Los niños de biberón se crían igual

Probablemente sea una de las frases más cansinas repetitivas y más ambiguas. Si por criar entendemos que crecerán, irán al cole, se echarán novia y quizá nos hagan abuelas algún día, pues sí, se crían igual. Pero ya es de sobras conocida que la composición de las leches artificiales y la materna no tienen nada que ver y, por lo tanto, sus efectos tampoco.

Por otro lado, es difícil saber si se hubieran “criado igual” teniendo en cuenta que si nos decantamos por una opción u otra no podemos comprobar qué hubiera pasado en el caso contrario.

Mitos y absurdeces de la lactancia materna

El mío siempre ha tomado biberón y está bien regordete

Asociar un bebé regordete con un bebé sano, ya es error de partida.Que ganen peso, obviamente, es importante, pero no queremos niños obesos. Por experiencia propia os diré que un bebé que engorda mucho y rápido pero que sólo toma pecho, se considera que no supone ningún riesgo para su salud. En cambio, lo mismo con un bebé que toma leche artificial está bastante más controlado (estas leches son altamente proteicas y azucaradas, por lo que su consumo puede favorecer un incremento excesivo de peso u obesidad) e incluso se puede limitar su consumo (la LM siempre es a demanda).

Hay que pesar al bebé cada semana para comprobar si aumenta de peso. 

No sólo no es necesario, si no que en algunos casos no se recomienda. ¿Por qué? Pues porque supone una obsesión para los padres y el entorno y muchas veces este mismo agobio propicia que se abandone la lactancia materna.

Es cierto que en las primeras semanas hay que tener un cierto control del peso. En mi opinión, muchas veces salimos del hospital con la etiqueta de “LM bien establecida” y no es así, por lo que pesar al bebé es una forma de asegurarnos que mama correctamente y, por tanto, gana peso. Pero insisto, no hay que obsesionarse y para nada debe ser una tortura el control de peso semanal, quincenal o mensual.

Hace años (la generación de nuestros padres) había pediatras que incluso hacían pesar al bebé antes y después de cada toma, para ver cuántos gramos había engordado tras mamar. Esto es una absurdez de órdago; prueba de ellos es que eso sólo se hacía con los bebés que tomaban pecho, y no con los de biberón porque se daba por supuesto que engordaban perfectamente

Mi hijo solo tomó biberón y nunca se puso malito

Esta frase tan de nuestras madres y abuelas es un tópico como la copa de un pino. Si hay alguien en la sala que haya tenido un niño que JAMÁS se pusiera malito es realmente digno de estudio. Este es uno de aquellos casos en los que mezclamos churras con merinas. Está científicamente demostrado que a través de las LM transmitimos al bebé, además de nutrientes, defensas para su organismo, cuya función es hacer frente a virus, bacterias, enfermedades varias… Eso no quiere decir que un niño que toma pecho no vaya a enfermar, ya que, como es lógico, si está expuesto a algún virus, pues es probable que se contagie, igual que un niño que toma biberón.

Por eso a mí esta afirmación me produce risa, primero porque sería casi un milagro un niño que nunca hubiera estado enfermo y, segundo, porque una cosa no tiene que ver con otra. Habría que analizar otras causas de porque unos enferman más que otros (alimentación, entorno, si van a la guardería o no, cómo los abrigamos, etc.).

Se despierta por hambre / los niños de biberón duermen del tirón

Una de las cosas que deben aprender los niños es a dormir como los adultos y eso solo ocurre con el tiempo (no hay que hacer gran cosa al respecto, simplemente tener paciencia). Las fases del sueño infantil no son como la de los mayores, y es por es que se suelen despertar por las noches. Las veces que lo hacen y el tiempo que dura esta fase depende de cada niño.

Por lo tanto, hambre y sueño (eternamente relacionados por el vox populi) no tienen una relación directa. Aun así, conviene recordar que la leche materna se digiere más fácilmente que la artificial, así que es norma que un bebé de pecho reclame alimento más frecuentemente que uno que toma biberón. Esto, lejos de ser un inconveniente es una ventaja, ya que un bebé de teta tiene una digestión más ligera que uno de biberón, que será más pesada.

Sobre los niños que duermen del tirón, Rosa Jové explica en sus libros que este es un concepto erróneo en muchas ocasiones, sobre todo en el caso de los niños que pasan la noche es su habitación. Varios experimentos han demostrado que aquellos niños cuyos padres creen que duerme todo seguido y sin despertarse no lo hacen, si no que se despiertan en su cuna (algunos vuelven a dormirse rápido y algunos lloran un poco y al no ser atendidos vuelven a dormirse) y los padres, al no despertarse, creen que han dormido del tirón. Ni siquiera los adultos dormimos normalmente del tirón; tenemos microdespertares (cuando nos giramos, nos tapamos, etc.) pero nos dormimos sin apenas darnos cuenta.

Cuando empieces a trabajas tendrás que dejar de darle pecho

No es fácil combinar lactancia materna (sobre todo a demanda y en exclusiva los primeros 6 meses) si hay que volver al currele a las 16 semanas. Pero trabajar y dar el pecho es perfectamente posible y hay múltiples opciones para hacerlo: extraerse leche para que otra persona se la dé al bebé; ofrecerle otros alimentos a partir de los 6m y darle el pecho cuando estemos en casa…

No empezar la LM por este motivo es un miedo natural pero debería desaparecer, ya que millones de mujeres dan el pecho cuando se reincorporan al trabajo, simplemente hay que buscar la mejor manera de hacerlo según cada familia.

Mitos y absurdeces de la lactancia materna

Invento mágico para que papá pueda participar en la lactancia (también materna)

Dando el pecho no permites que el padre participe en la alimentación del niño

La lactancia materna es y debe ser una decisión de la madre. Lo siento en el alma pero aquí, ni el padre, la abuela, la vecina del tercero o el cartero tienen nada que decir. Si la madre quiere darle el pecho o el biberón, es su decisión. Dicho esto, en cualquiera de las dos opciones el padre puede participar. ¿Cómo? Pues ofreciéndole la leche materna al bebé ya sea con biberón, vasito, cuchara, jeringuilla… La mamá, que os aseguro que necesitará descansar especialmente las primeras semanas, lo agradecerá. A los 6 meses los niños suelen empezar a comer otras cosas, por lo que el papá en seguida podrá dar de comer a su hij@.

Lo que más me gusta de esa frase es que la he oído muchísimas veces de padres que, pese a optar por la lactancia artificial, rara vez se han levantado de madrugada a preparar un biberón. ¿Curioso, no?

Si nace por cesárea o te ponen la epidural, no podrás dar el pecho

Dar el pecho es posible tras cualquier tipo de parto. Lo ideal es que, tras el nacimiento, el bebé y la mamá estén juntitos desde el minuto 1, por eso es verdad que la recuperación tras la cesárea puede ocasionar alguna interferencia en el inicio de la LM. No quiero ser egocéntrica y ponerme de ejemplo continuamente, pero es que M. nació por cesárea y aquí estamos, mama que mama.

Hay que beber leche para producir leche

Es de sobras conocido que las vacas y las cabras, grandes productoras de leche, beben leche para producir leche, ¿no? Pues claro que no, beben agua, que es lo que vais a necesitar (y en cantidades industriales porque anda que no da sed amamantar a una fierecilla) si queréis dar el pecho. Por cierto, aprovecho el tema para decir que el dicho de que beber cerveza hace aumentar la producción de leche es también falso.

 

2 comentarios en “Mitos y absurdeces de la lactancia materna

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